Este martes todos los republicanos en el Senado de Estados Unidos votaron el martes a favor de desestimar el histórico segundo juicio político de Donald Trump, una clara señal de que una condena al ex presidente sigue siendo poco probable.
Trump, que concluyó su mandato el 20 de enero, fue acusado una semana antes por la Cámara de Representantes de “incitación a la insurrección” por su papel en el asalto de sus partidarios al Capitolio, que dejó cinco muertos. El Senado, que recibió el lunes el acta de acusación, debe ahora juzgarlo. La votación del martes se realizó justo después de que los 100 senadores se comprometieran a impartir “una justicia imparcial” en el proceso que está programado para comenzar en la Cámara Alta la semana del 8 de febrero.
El resultado de impugnar el juicio quedó en 55 en contra y 45 a favor; se necesitan 67 senadores para aprobar una sentencia. El procedimiento es doblemente histórico: es la segunda vez que Trump será sometido a un juicio político, tras ser absuelto de otro en febrero de 2020. Y es la primera vez que un presidente estadounidense es juzgado tras dejar la Casa Blanca.
Es precisamente este último punto el que impugnó el republicano Rand Paul, quien se presenta como conservador y libertario, al considerar este juicio inconstitucional ya que el magnate republicano ya no está en el cargo. En una moción para que los senadores se pronunciaran abiertamente, Paul planteó este punto en la sesión, lo que obligó a votar a favor o en contra de bloquear el proceso.
Y 45 de los 50 senadores republicanos apoyaron su iniciativa, incluido el poderoso líder de la minoría, Mitch McConnell, que aún no descartó condenar al expresidente. Para Rand Paul, este resultado significa que el juicio “nació muerto”, dado que una condena a Trump requeriría una mayoría de dos tercios del Senado, esto es, 17 votos republicanos además de los 50 demócratas.