2018 fue el año que inicio en sus primeras semanas dando una pésima noticia Dolores O’Riordan, la vocalista de The Cranberries, habría fallecido de forma repentina, a los 46 años, llevándose con ella una de las voces más privilegiadas de la escena del rock, dando vida a temas como: Linger, Dreams o Zombie, partía en medio de la incertidumbre.
Aquel año fue hallado su cuerpo sin vida en un hotel de Londres. El informe forense concluyó que fue una “muerte accidental”. Dolores Mary Eileen O’Riordan era la menor de siete hijos, había nacido en Limerick, Irlanda, en 1971, y había empezado a escribir canciones cuando tenía 12 años. Se unió a la banda, entonces llamada The Cranberries Saw Us, cuando era adolescente, después de responder a un anuncio en el que se buscaba cantante femenina para unirse a los hermanos Mike y Noel Hogan y a Fergal Lawler.
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Su debut fue en 1993 con Everybody else is doing It, so why can’t we?, superó los seis millones de copias en todo el mundo. En parte, gracias a Linger, una canción de Dolores inspirada en su primer beso, o Dreams. Y un año después llegó el segundo álbum No need to argue, con Zombie a la cabeza. El impacto fue inmenso: 17 millones de copias.
“Mi vida está descontrolada”, dijo Dolores en una entrevista. El 15 de Enero de 2018, a mediodía, envió un mensaje de voz a un amigo diciéndole que la nueva grabación estaba sonando “jodidamente bien”. Después, habló con su madre. Esa noche falleció. Ocho meses después, el informe forense concluyó que su muerte fue un “trágico accidente”: falleció ahogada en la bañera después de haber ingerido una excesiva cantidad de alcohol, hoy su legado sigue vivo.