UNICEF y otras organizaciones defensoras de los niños y jóvenes migrantes consideran “un paso histórico” que el Gobierno de España haya aprobado la reforma del Reglamento de Extranjería, para facilitar la integración de estos menores.
La reforma “va a beneficiar a miles de jóvenes, que han estado padeciendo durante años las terribles consecuencias que ha tenido en sus vidas un reglamento que tan solo ponía obstáculos y barreras insalvables a su integración, especialmente en su tránsito a la vida adulta”, aseguran en un comunicado.
Con el nuevo Reglamento se asegura que todos los menores de edad que lleguen solos a España y se encuentren bajo la protección de la Administración estén debidamente documentados, y puedan tramitar sus autorizaciones de residencia, que, a partir de 16 años, llevarán aparejadas siempre el permiso para trabajar. “De esa manera se pone fin al sinsentido de tener miles de jóvenes indocumentados o con un permiso para vivir en España pero que no les permite trabajar”, aseguran las organizaciones.
Esa autorización no caducará al cumplir los 18 años.
Lo que más preocupa a las entidades es el destino de los jóvenes que no podrán acogerse a la reforma por tener alguna causa pendiente o antecedente penal, “a pesar de que pudiera explicarse como consecuencia de la situación de abandono en la que la propia Administración les dejó”.