Unos 18 millones, más o menos la mitad de la población, necesita comida, pero las necesidades son de todo tipo. En este artículo explicamos como, en medio de los ataques de un conflicto que se ha intensificado, y en medio de la sequía, la pandemia y el hambre, la agencia de la ONU encargada de velar por el bienestar de los niños mantiene los esfuerzos por continuar prestando ayuda humanitaria.
Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), más de 18 millones de personas necesitan ayuda humanitaria. Cuatro millones de niños no están escolarizados. Unas 400.000 personas han abandonado sus hogares para buscar refugio, de las cuales más de la mitad son niños.
Para conocer mejor la realidad sobre el terreno, especialmente la de los niños afganos desplazados, Noticias ONU se puso en contacto la semana pasada con Mustapha Ben Messaoud, jefe de Operaciones sobre el Terreno y Respuesta de Emergencia de UNICEF en Afganistán, en Kabul, tras regresar de una misión de diez días en Kandahar.
Mustapha Ben Messaoud: En primer lugar, gracias por su pregunta. Las últimas 4 o 6 semanas han sido realmente intensas en Afganistán. El conflicto ha empeorado y esto ha provocado un gran movimiento de población. Hoy en día hay alrededor de 360.000 personas desplazadas que han sido expulsadas de sus pueblos y la razón por la que subí a apoyar a Kandahar es porque en la provincia de Helmand, que no está muy lejos de Kandahar, los combates son intensos. Los combates continúan mientras hablamos, y esto ha empujado a mucha gente y algunos de ellos han conseguido llegar a Kandahar.
Así que la idea era ir a ayudar a los equipos sobre el terreno para coordinar la respuesta y tratar de proporcionar apoyo inmediato a todas estas familias que han huido sin casi nada. La mayoría dejó todo lo que tenía, lo poco que poseía, en las casas que ya no existen porque los combates fueron callejeros en la ciudad y todo quedó destruido. Perdieron lo que tenían, pero muchos de ellos también perdieron a sus seres queridos, entre ellos mujeres y niños pequeños. Podría contar casos que he visto con mis propios ojos y que no dejan indiferente. Esta violencia de la guerra, especialmente contra las mujeres y los niños, es algo bastante terrible para cualquiera, especialmente para nosotros en UNICEF.