La agencia regional de salud de la ONU muestra su preocupación ante posible escenario y recuerda que más de un tercio de todos los casos de COVID-19 y una de cada cuatro muertes por coronavirus en todo el mundo han ocurrido en América. “Si comparamos el año 2020 con el 2021, este año fue sin duda peor”, afirma la máxima responsable del organismo.
La Organización Panamericana de la Salud instó este miércoles a los países de la región a estar preparados ante la llegada de “nuevos y prometedores” fármacos contra la COVID-19 que se encuentran en fase de desarrollo para que ningún país americano quede rezagado en la carrera contra el coronavirus.
“A medida que los nuevos tratamientos obtengan la aprobación definitiva, tanto los países como las empresas deben trabajar juntos para garantizar que todos los que puedan beneficiarse de estas herramientas tengan acceso a ellas en el momento oportuno, y a un precio que nuestros países puedan pagar” destacó la directora la Organización en rueda de prensa.
Carissa Etienne destacó que la adquisición y el suministro de vacunas contra la COVID-19 “pueden ser obstáculos importantes” provocando que “la innovación quede fuera del alcance de quienes más la necesitan”, y que, “por tanto, no podemos ni debemos dejar que la historia se repita.
Por ello, emplazó a empezar a trabajar de inmediato para ampliar la capacidad de producción y para que los países no sigan dependiendo completamente de las importaciones farmacéuticas.
“Aunque es alentador que algunas empresas que desarrollan nuevos antivirales contra el COVID-19 se hayan comprometido a poner sus productos a disposición de los países más pobres del mundo a precios asequibles, nos preocupa que muchos de los países más afectados por el COVID -incluidos muchos países de nuestra región- no puedan acogerse a estas promesas”, alertó.
La advertencia de la directora se traduce en cifras: desde el inicio de la pandemia, más de 98 millones de personas en las Américas han desarrollado el COVID y más de 2,3 millones fallecieron a causa de este virus.
“Más de un tercio de todos los casos de COVID y una de cada cuatro muertes por COVID registradas en todo el mundo han ocurrido aquí en las Américas. Y si comparamos el año 2020 con el 2021, este año fue sin duda peor. Hemos observado el triple de infecciones y muertes por COVID en este segundo año de la pandemia que en 2020”.
Entre las múltiples consecuencias que acarreó esta situación, Etienne indicó que “los hospitales no daban abasto, los medicamentos y suministros vitales se agotaron”, y que los sistemas de salud se pusieron a prueba como nunca lo habían estado.
“Pero, aunque ha sido un año aleccionador, hemos aprendido lo que se necesita para controlar este virus y, gracias a las vacunas COVID-19, hemos protegido a decenas de millones de personas de lo peor de este virus”, destacó.
Preguntado sobre la evolución de ómicron en el continente americano, el doctor Sylvain Aldighieri, Gerente de Incidente para COVID-19 de la OPS, explicó que la variante ya se ha detectado en nueve naciones y territorios del continente – Estados Unidos, Canadá, México, Argentina, Chile, Brasil, Cuba, Trinidad y Tobago y Bermuda – mayoritariamente asociada a viajeros.
“Nos han informado que la Secretaría de Salud está siguiendo de manera muy cercana otras señales a través de la Red Centinela y el consorcio de los diez laboratorios de vigilancia genómica que existen en México. Por lo tanto, se prevén importaciones adicionales inminentes, tal y como se observa en otros países del mundo y las autoridades federales de México informarán de manera oportuna”, destacó
Con relación a la situación en la que se encuentran las vacunas cubanas Abdala y Soberana, el subdirector de la Organización, Jarbas Barbosa, dijo que la semana pasada ya se iniciaron los trámites con la Organización Mundial de la Salud. “Los productores de las vacunas enviaron de manera oficial a la Organización Mundial de la Salud su intención de iniciar el proceso de autorización de uso de emergencia”.
Barbosa aclaró que el proceso “no es rápido” y que puede tomar “varias semanas” ya que hay que revisar múltiples datos, “la calidad de la fabricación y los datos de seguridad y eficacia”.