Paso ya más de una semana desde la muerte de Octavio Ocaña, quien además, se encuentra en medio del “ojo del huracán” y de la opinión de miles de investigadores, peritos, jueces y demás personas que abundan en redes sociales y es que desde el día de ayer ha circulado un video en el que supuestamente el actor Octavio Ocaña, quedaría al descubierto como consumidor de drogas, sin embargo, en el material que circula, en realidad no hay evidencia de que efectivamente el joven hoy fallecido fuera un consumidor, pero pronto como es dado en sociedades doble moralistas lanzaron juicios hacia el actor que murió de un disparo, que hasta el momento no ha sido esclarecido.
“Cita siempre los errores propios antes de referirte a los ajenos. Así nunca parecerá que presumes”, reza una frase del escritor español Noel Clarasó, y que sin duda aplica perfecto a esta situación en la que de manera inmediata tras difundir este video, salieron a la luz los fiscales, cayendo fácilmente en las garras del juicio, incluso, algunos justificando de esta manera el fin fatídico del joven actor que diera vida durante más de una década a Benito Rivers en la serie Vecinos.
Ya diría Julio César de: “Nada es más fácil que censurar a los muertos.”, y en la actualidad lo hacen de las maneras más viles, pues gran parte de la sociedad tal pareciera vivir de la carroña, es fácil levantar la lengua, pero difícil reconstruir una vida, la palabra edifica o destruye, y cuando emites un comentario en redes sociales, pocas veces se analiza que detrás de tu comentario que deja ver más de ti que de quien comentas existe un ser humano, y en este caso una familia destrozada por la tragedia, hoy se especula si Octavio era consumidor de drogas y alcohol, ¿Ya volteaste a tu lado? ¿Qué sentirías tú de leer especulaciones nefastas de tu hijo recién fallecido?
“Pon los ojos en ti mismo y guárdate de juzgar las obras ajenas. En juzgar a otros se ocupa uno en vano, yerra muchas veces y peca fácilmente; mas juzgando y examinándose a sí mismo se emplea siempre con fruto.”, son las sabias palabras de Tomás de Kempis en su libro Imitación de Cristo, ¿Cuánto tiempo invierte la gente en emitir su opinión?, un caso que como muchos seguramente quedará impune pero que se vuelve alimento de carroña para personas que aún no conocen del amor a un hijo, vaya, ni si quiera de amor propio, pues una persona que se ame o se respete no especula ni genera intrigas sobre vidas ajenas.
Pasó una semana en la cual además de las grabaciones surgidas en las redes sociales que dan cuenta de la vertiginosa persecución al actor de Vecinos y del momento en que presuntamente los policías de la entidad inspeccionan por vez primera la camioneta del actor, ahora surge un video en el que Octavio se puede ver en el interior de un vehículo “inhalando” un polvo blanco con las características de la cocaína, pero que a ciencia cierta ni inhala, ni se sabe si es la mencionada droga.
En tanto la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) emitió una ficha informativa donde da a conocer que al momento de su deceso el actor que fuera descubierto por Eugenio Derbez se encontraba intoxicado y bajo el influjo del alcohol y es que en la sangre del actor de 22 años se encontraron evidencias de consumo de alcohol y tetrahidrocannabinol, el componente psicoactivo de la marihuana, sin embargo, es bien sabido por los consumidores de canabinoides que dicha sustancia no te genera un estado de alteración o euforia por el contrario esta sustancia te crea un aletargamiento, que por ende te lleva a un estado de pasividad, nunca a meter el acelerador a una camioneta, que según el dicho de las autoridades fue impactada por el propio actor, quien de igual manera aseguran se disparó, con la mano derecha aun y a pesar de ser zurdo.
“Fue encontrado con presencia de etanol por arriba del punto de corte (80 mg/ml), con una concentración de 143 mg/dl y también rastros de tetrahidrocannabinol”, dijeron las autoridades en el comunicado a medios.
Cierto o falso, consumidor o no, nada justifica la muerte fatídica de este joven actor, y nuevamente el caso deja al descubierto la triste realidad de una sociedad siempre presta al juicio y ávida de la desgracia ajena, quizá muchas veces para escapar un poco de esas realidades latentes que se ocultan tras mascaras de felicidad y perfección en redes sociales e incluso en la vida diaria. “Por lo cual no tienes excusa, oh hombre, quien quiera que seas tú que juzgas, pues al juzgar a otro, a ti mismo te condenas, porque tú que juzgas practicas las mismas cosas” (Romanos 2:1).
