Se clasifica como uno de los símbolos internacionales más importantes en el ámbito católico, este templo cuya construcción termino en 1976 fue concebido con la intención de recibir a miles de peregrinos año tras año, es la Basílica de Santa María de Guadalupe; cultura y tradición en el mundo.
El principal motivo de la construcción de la Basílica fue la inestabilidad estructural que presento el antiguo templo lo cual hacía inseguro su uso a largo plazo, por lo que, se encargó el diseño a los arquitectos Pedro Ramírez Vázquez, José Luis Alejandro Schoenhofer, fray Gabriel Chávez de la Mora y Javier García Lascuráin.
Así fue el desarrollo arquitectonico de Basílica de Santa María de Guadalupe
El desarrollo arquitectónico de La Basílica es en una planta circular, con levantamientos en concreto armado para la estructura de la cubierta que se unifican con láminas de cobre en la parte superior, al oxidarse dichas laminas relucen en un color verde tan característico de esta obra.
Tras la demanda de la capacidad, el programa arquitectónico comprendía una nave central con un claro de 63 metros evitando elementos constructivos que pudieran obstruir la vista o el paso, dos capillas grandes, nueve capillas pequeñas, un sótano y varios niveles destinados a oficinas y dormitorios.
La planta libre permite una visión perfecta a la imagen de la Virgen de Guadalupe, ésta se sitúa detrás del altar, bajo una cruz que sobresale del muro y está formada por varias capaz del plafón del muro dando una perspectiva imponente desde la escala humana.
Para una experiencia más profunda se diseñó un recorrido por debajo del altar por medio de bandas transportadoras para brindar mayor accesibilidad, en donde se envuelve al visitante dentro de una atmosfera de serenidad, libre reflexión y contemplación.
El altar presenta varios niveles resaltando ante la demás superficie de la planta, está cubierto por mármol blanco mientras que la cubierta funge como una carpa que hace referencia a la tienda usada por los judíos en su peregrinar por el desierto y a su vez, simboliza el manto de la Virgen.
La columna detrás del altar es un eje compositivo y constructivo que tiene 42 metros de altura, más allá de estas funciones se aprovecha el espacio para las oficinas administrativas de la basílica.
En el sótano se encuentran a partir de una distribución de infinitos corredores las criptas con más de 15,000 nichos y 10 capillas, en las que se puede recordar a los que yacen ahí, en el espacio se puede percibir un profundo silencio aunque haya una multitud en el nivel sobre ella.
Tal fue su impacto que en 2009 fue nombrada el principal destino religioso a nivel mundial según la Oficina Española de Turismo; siendo así La Basílica en CDMX un simbolo de cultura y tradición.