Éxitos como “La Nave del Olvido”, “Amar y querer” o “Gavilán o Paloma”, forman parte del ADN musical de una gran parte de los mexicanos, quienes hace un año lloraban la partida de uno de sus ídolos, esa clase de ídolos que aún eran parte del pueblo, ya sea por su historia personal de vida o bien por la manera que tuvieron de conectar con la audiencia, y es que hablar de José José es hablar no solo de legado musical sino de una de las voces más potentes de los últimos tiempos en la escena romántica. Envuelto en la polémica y en muchos escándalos amorosos, el cantante tuvo una partida no menos escandalosa que su vida, esto, tras darse a conocer la noticia que su hija menor, procreada con Sara Salazar, habría escondido su cuerpo en Los Ángeles.
José José, La Nave del Olvido que no ha partido
A un año de su partida “El Príncipe de la Canción” sigue vigente, al menos en Spotify, donde es uno de los artistas más seguidos y aunque las familias siguen entre dimes y diretes, esto, no logra opacar el brillo y cariño que el público mexicano le profeso durante toda su carrera a un artista que con todo y su popularidad nunca perdió la sencillez ni el calor humano para sus seguidores, quienes pudieron siempre recibir un buen trato por parte del cantante.
Fue aquel 10 de marzo de 1970 cuando se anunciaba la participación de José José en el Teatro Ferrocarrilero, donde se llevaría a cabo el festival que cambiaría por siempre la vida de José Sosa. Con una hora de retraso y con la sala a la mitad de público, dio inicio la primera jornada del II Festival de la Canción Latina en el Mundo, José José estaba tan nervioso, que tuvo que ser atendido de la garganta por el doctor Gustavo González Parra. Igual de nervioso estaba Roberto Cantoral, compositor de “El Triste”, canción con la que José José participó en la primera jornada.
Una vida llena de éxito lo mismo que de excesos, mismos que llevaron al cantante a padecer múltiples enfermedades, consecuencia del abuso a sustancias como el alcohol y la cocaína, al cumplir 70 años, apareció en él un letal cáncer en el páncreas, y aunque fue sometido a quimioterapias, radioterapias y múltiples operaciones, no existió un final feliz para el príncipe de Clavería, donde el día de hoy sus amigos, de la infancia siguen reuniéndose a recordar a un hombre que aseguran jamás cambio la fama.
A un año de su partida José José dejo no solo una herencia musical sino una herencia de batallas entre sus herederos, que hasta el día de hoy no logran aclarar sus diferencias, mismas que siguen siendo ventiladas en los múltiples programas de color que se trasmiten tanto en Estados Unidos como en México, donde incluso se ha cosechado un odio hacia la hija menor del cantante, a quien le acusan de esconder el cuerpo de su padre, para que no llegará a México a despedirse de sus seguidores en este país que lo vio nacer, esto, mientras sus hijos José Joel y Marisol, producto de su relación con la actriz Anel Noreña atravesaron lo que muchos califican como un “viacrucis” para dar con el cuerpo de su padre, justo el año pasado, cuando incluso tuvieron que intervenir autoridades mexicanas.
Polémico, lleno de excesos, y de errores como cualquier ser humano, no ha llegado quien ocupe la corona de este príncipe, el príncipe de México, el Príncipe que partió a otro mundo un día como hoy.
