El Gobierno de Francia informó este viernes que cierra su fronteras para todas las personas procedentes de países que no pertenezcan a la Unión Europea como parte de un endurecimiento de medidas para mitigar el ritmo acelerado de contagios.
“Cualquier entrada a Francia y cualquier salida de nuestro territorio hacia o desde un país fuera de la Unión Europea estará prohibida, a menos que exista una razón imperiosa, a partir de las 00:00 horas del domingo “, dijo Jean Castex, primer ministro de ese país.
En tanto, las fronteras con los vecinos de la UE seguirán abiertas, pero se exigirá una prueba PCR negativa al llegar a territorio francés. Solo quedarán exentos los trabajadores fronterizos.
El primer ministro francés dio a conocer estas medidas luego de una reunión de urgencia del Consejo de Defensa Sanitaria, realizada en el Palacio del Elíseo con la presencia del presidente Emmanuel Macron. En dicha reunión gubernamental de emergencia se advirtió del “gran riesgo” que suponen las nuevas variantes del COVID-19.
Francia también cerrará todos los grandes centros comerciales a partir del domingo y limitará los viajes hacia y desde sus territorios de ultramar. Castex ordenó que se intensifiquen los controles policiales para quienes infrinjan el toque de queda de 12 horas al día en Francia, celebren fiestas secretas o reabran restaurantes pese a la orden de cierre vigente desde octubre.
Finalmente, el funcionario dijo que las medidas son un intento de evitar el coste económico de un tercer cierre. Actualmente, más del 60 por ciento de las camas de terapia intensiva están ocupadas por pacientes con coronavirus. Francia ha registrado 75 mil 620 muertes, la séptima cifra nacional más alta del mundo.