El prelado italiano Nunzio Galantino, presidente del APSA, comenta el motu proprio del Papa Francisco que centraliza la gestión de los fondos y propiedades en la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica.
“Era necesario dar un giro a la gestión de las finanzas, la economía y la administración, para aumentar la transparencia y la racionalización”. Así es como Nunzio Galantino, presidente de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA) comenta con Vatican News la publicación del motu proprio del Papa Francisco que en esta última parte del 2020 implementó la reforma que centraliza la gestión de las inversiones, fondos y propiedades.
– ¿Qué importancia tiene la decisión hecha pública con el motu proprio papal de transferir la gestión de los fondos y propiedades de la Secretaría de Estado al APSA?
Es la continuación de un proceso, la definición operativa de lo que el Papa indicó el pasado agosto en su carta dirigida al Secretario de Estado. Es el resultado de los estudios e investigaciones que se han realizado.
Es un camino que comenzó hace mucho tiempo, que fue deseado por Benedicto XVI y que tuvo eco en varias indicaciones de los cardenales en las discusiones que precedieron al último cónclave. Era necesario hacer un cambio en la gestión de las finanzas, la economía y la administración, para aumentar la transparencia y la racionalización.
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– ¿Qué ventajas podemos esperar de esta transferencia?
Creo que la ventaja es, precisamente lo que ha sido bien expresado en la carta del Papa al Cardenal Parolin el pasado agosto: la racionalización para una administración más transparente. Si existe un departamento designado para la administración y gestión de fondos y bienes, no es necesario que haya otros para llevar a cabo la misma tarea.
Si hay un departamento designado para controlar las inversiones y los gastos, no hay necesidad de que otros hagan la misma tarea. Es importante recordar que el pasado mes de octubre el Papa creó la Comisión de Asuntos Confidenciales: en esa ocasión quedó claro para todos que ya no existe la posibilidad discrecional de imponer el secreto a las operaciones económico-financieras.
– ¿Cuánto peso ha tenido sobre esta decisión el notorio asunto sobre la propiedad de la Sloane Avenue en Londres, al centro de la investigación de la Magistratura vaticana?
Sería hipócrita decir que no ha tenido peso. Ciertamente el Papa ya había trazado un camino, pero el asunto de la propiedad de Londres nos ayudó a entender qué mecanismos de control había que reforzar.
Con información de Vaticano News