Estamos viviendo en un siglo XXI que nos sorprende, confronta, preocupa y muestra nuevos desafíos en los que hay que trabajar diligentemente. La tecnología avanza con un porvenir prometedor, desarrollando nuevas herramientas que nos ayudarán a resolver problemas de manera más eficiente, uno de estos grandes ejemplos es la inteligencia artificial ( IA), la inteligencia artificial son programas informáticos especiales, que evalúan grandes cantidades de datos que analizan de tal forma que emiten su propia respuesta.
La IA se está utilizando cada vez más en diversas áreas, prueba de esto es el reconocimiento facial, los autos autónomos, aplicaciones en tecnología médica e igualmente en juguetes para niños, que interactúan con ellos y reaccionan a las respuestas. Por este gran auge de la IA, La comisión de la Unión Europea pretende regular más todo lo concerniente a la inteligencia artificial, con esto se pretende contar con un fuerte marco legal, que permita la aplicación de la IA de la mejor manera.
“Sabemos que la IA se utiliza en muchas áreas comerciales, en transacciones financieras y programas informáticos, pero se puede lograr mucho más en áreas que ahora están al comienzo de su digitalización” dice Hans de Cank, del centro de inteligencia artificial de la universidad Libre de Bruselas, comentario pone a la vista el potencial que hay en usar la IA en la agricultura o la medicina, también mencionó como se puede aprovechar en este tiempo de pandemia.
“En la crisis de Covid-19, vimos que la IA tiene un gran impacto cuando se trata de acelerar el desarrollo de aplicaciones médicas y de diagnóstico” éstas palabras las externó la comisaria de competencia de la comisión de la UE, Margrethe Vestager , ella cree firmemente en el avance de la IA, por lo cual ha puesto en marcha el proyecto “Europa en forma para la era digital”
Ya hay un camino recorrido por los funcionarios de Vestager, en los últimos tres años han trabajado en la regulación del mercado para la IA, días atrás presentaron sus propuestas en Bruselas, su visión de la política danesa es ” Generar confianza en la IA sólo es posible si podemos gestionar los riesgos”. Clasificando su uso, podemos ver que las aplicaciones como los chats bots que tienen riesgos limitados, es una buena herramienta para la atención a clientes de grandes empresas, el usuario debe estar conscientes que habla con una máquina que es capaz de aprender y no con una persona.
Por otro lado se consideran de alto riesgo las aplicaciones que deban evaluar o controlar el comportamiento humano, este grupo estará estrictamente regulado, los vehículos y programas autónomos que seleccionan a los solicitantes de empleos y los evalúan, son un ejemplo de IA corporativa. Respecto a este uso, el investigador Hans de Canck, se pronuncia y ve medular que exista una supervisión humana, ya que las computadoras al seleccionar aspirantes podrían tener prejuicios y tomar malas decisiones. “Si se deja que un algoritmo haga esa selección, entonces este se basa en los datos de los mejores candidatos de los últimos 30 años” el algoritmo siempre seleccionará a un hombre blanco de 35 años, porque siempre fue así.
Por este motivo se requiere integrar criterios éticos y humanos en los programas, con una supervisión humana especializada se busca que la IA no decida sola en áreas críticas. Lo más importante es preservar los derechos humanos, en el caso del reconocimiento facial, la comisión de la UE deja prohibido el reconocimiento facial masivo en lugares públicos usando IA, esto porque se contrapone a la visión Europea de protección de datos y derechos fundamentales, y el caso de controles fronterizos y procesamientos legales será de uso obligatorio.
Con la IA instalándose en la vida en general, hay que tener mucho cuidado y no desequilibrar la balanza en el afán de hacer todo mejor y “casi ideal”, recordemos que los creadores de la IA son más importantes, el sano crecimiento personal de los desarrolladores será clave para lograr los objetivos.
