Fondo de Cultura Económica
La noción de una era atómica surgió en la década de los años cincuenta, después de la utilización de la bomba atómica en Hiroshima y Nagasaki, que dio fin a la segunda Guerra Mundial. Junto con la promesa de una energía limpia y barata a partir de la fisión nuclear, vino el temor de un conflicto bélico que utilizara armas nucleares y acabara con todo. Escrito desde esa perspectiva, se publicó en 1956 Más brillante que mil soles, en el que Robert Jungk aborda los avances en física nuclear, patrocinados por los Estados Unidos y Alemania durante la segunda Guerra Mundial, a partir de un personaje principal: Robert Oppenheimer, padre de la bomba atómica. El autor narra los descubrimientos científicos, sus antecedentes, procedimientos y repercusiones insertando numerosas anécdotas y reflexiones que permiten al lector adentrarse en la obra y participar en su discurso moral. Así, la historia comienza con el descubrimiento del neutrón y concluye con el juicio a Oppenheimer por su trabajo en Los Álamos y en el Proyecto Manhattan. Jungk concluye que el hombre ha sido condenado a su autodestrucción por un necio afán de progreso, aunque desea que su obra infunda un espíritu de reconciliación entre la ciencia y la paz. Dado que el autor lo escribió poco tiempo después del final de la guerra, pudo entrevistar a los principales protagonistas de hechos importantes y aún cercanos. En la lista que incluyó Jungk al final de su libro para agradecer las 62 colaboraciones obtenidas se encuentran los nombres más ilustres de la física moderna todavía vivos hacia 1950.