La fe de los mexicanos en el mundo siempre ha sido símbolo de la idiosincrasia de este pueblo, el calendario marca en sus días miles de festividades patronales o bien fechas en que se venera a algunos santos, según la creencia de cada región, pero hay un símbolo que por los años ha mantenido a un pueblo fiel y cercano a este templo, hablamos de la Basílica de Guadalupe, uno de los recintos Marianos más visitados en el mundo, y mismo que durante la pandemia se ha debido apegar a las reglas de confinamiento.
Recientemente La Basílica de Guadalupe dio apertura al “Muro del Dolor” donde los fieles llegan con exvotos, fotografías, flores y veladoras que dejan materializado el dolor que muchas familias han enfrentado con la pandemia que ha dejado al menos 204 mil mexicanos fallecidos y más de 2 millones enfermos.
De esta manera y en medio de un ambiente nostálgico por el México que se podía ver en este sitio un año atrás, camina Doña Esperanza, que como en el nombre lo dice así anda para encender una veladora que dice le costó 35 pesos en una tienda cercana a su domicilio, ella tenía la opción de ese día “comprarse un taco” o bien llevar con ella esa veladora en gratitud porque a decir de ella y desde su fe, fue la virgen morena, quien sanó a su esposo de 63 años, quien como miles de mexicanos enfermo durante la pandemia, pero que a pesar de su edad no se ha podido acercar a realizar un proceso de jubilación ya que “la economía no da para descansos”.
Mexicanos con esperanza y amor
Esperanza Martínez nos relata que su esposo viajaba del Estado de México a la Ciudad de México, para trabajar en una fábrica procesadora de alimentos por el rumbo de Iztapalapa y así lograr obtener los gastos del hogar; de esta manera fue que su esposo se contagió de Covid 19 en el mes de marzo. “No todos podemos quedarnos en casa, algunos tienen la necesidad, y viajan en transporte muchas horas, mi esposo así se contagió y la verdad es que nosotros lo único que tenemos es la fe y estoy segura que ella (La Virgen) le mando su salud, ahora está más recuperado pero yo pensé que no lo vería jamás cuando se lo llevaron, así que cuando supe de este muro no pensé mucho y con las precauciones vine a dejar mi veladora”, indicó.
De esta forma y a un costado de la Basílica de Guadalupe, bajo la estatua de Juan Pablo II, al pie del Cerro del Tepeyac, cientos, quizá miles de hojas sueltas vuelan con el viento, en ellos están inscritos los nombres de muchas de las personas que han muerto en esta pandemia, en otros se puede leer el dolor de algunos otros que inscriben el nombre de sus familiares ya muertos.
Algunas autoridades del templo Mariano indican que este acto comenzó a llevarse a cabo más o menos a finales del mes de enero. “Tiene como tres, cuatro meses, que empezó a venir la gente a dejar su veladora y a poner su intención por los que han muerto por Covid, no todos son muertos, algunas son peticiones de las personas que son familiares de algunos enfermos y le piden a la virgencita que les mande salud”, dijo Efrén, quien desde hace tiempo es parte de la seguridad al interior del templo.
En el pequeño espacio se puede percibir un aroma a momentos lúgubre a momentos esperanzador, lo único cierto es que
Quienes se dirigen al pequeño espacio, que está al aire libre encienden su veladora y miran la flama fijamente en silencio mientras intencionan su petición, algunos lloran en silencio, otros más solo dejan su petición y se marchan, lo único cierto es que a todos ellos los une la fe y el amor.