La música es una caricia para el alma, tiene cualidades que nos dan muchos beneficios, ya sea que regresen a nosotros bellos recuerdos o nos relajen cuando hacemos nuestras actividades. Esta vez, la ciencia demuestra de nuevo el poder de la música, con un estudio realizado en la Escuela de Medicina de Geisel en Estados Unidos, publicado en Scientific Reports. Específicamente la música de Mozart, en concreto escuchar mínimo 30 segundos de la sonata para pianos en re mayor ( K448) puede traer beneficios para las personas con epilepsia resistente a la medicación, con este nuevo estudio, se confirma que la música podía estar asociada con picos menos frecuentes de actividad eléctrica relacionada con la epilepsia, al igual que se avanza en la hipótesis de los motivos.
En los resultados de la investigación, se plasma las respuestas emocionales positivas la K 448 que pueden contribuir a un efecto terapéutico, se plante la hipótesis de que escuchar esa sonata tan solo 30 segundos es capaz de activar redes cerebrales ligadas a respuestas emocionales positivas a la música y reguladas por el córtex frontal, el activar estas redes sugiere la reducción de los picos de actividad eléctrica propia de la epilepsia.
Los investigadores se apoyaron en el uso de un electroencefalograma para poder medir la actividad eléctrica en los cerebros de 16 adultos con epilepsia resistente a la medicación, mientras escuchaban una serie de cortes musicales de 15 o 90 segundos, incluido el K 448, al registrar todos los cortes musicales, se descubrió la reducción media del 66.5 % en el número de picos de actividad eléctrica asociada a la epilepsia en todo el cerebro. El estudio revela que esas reducciones eran significativamente mayores en las cortezas frontales izquierda y derecha del cerebro, las cuales son zonas implicadas en la regulación de las respuestas emocionales.
La investigación también observó, que cuando los participantes escuchaban el final de secciones largas y repetitivas dentro de la sonata K 448 se hacía presente una actividad cerebral conocida como theta, que aumentaba en sus cortezas frontales y que se demostró la relación directa con respuestas emocionales positivas a la música. Con este estudio, se confirma la importancia de la música en la salud, y abre la posibilidad de buscar nuevas terapias que sean efectivas y no invasivas y sin daños colaterales.
