Por: Esaú León
El pasado 10 de diciembre el Vaticano instaló el ya tradicional nacimiento, el cual sorprendió a sus visitantes al incluir figuras distintas como la de un astronauta. La representación del nacimiento de Jesús, fue inaugurada este viernes por el Cárdenla Guseppe Bertello y el Obispo español Fernando Vérgez Alzaga, presidente y secretario de la gobernación del estado de la Ciudad del Vaticano en la plaza de San Pedro con pocos asistentes por la situación sanitaria que vivimos a nivel mundial.
De acuerdo a una leyenda popular, el origen del nacimiento se remonta al año 1182 – época de Gioani Bernardone, conocido como San Francisco de Asis, quien instala un nacimiento viviente para ejemplificar el de Jesús. La fecha exacta es desconocida pero se dice que fue en 1223. La tradición de los nacimientos vivientes se expande por Europa hasta el siglo XV. En la Ciudad de Nápoles se realizó el primer nacimiento hecho con figuras de barro y es llevado por todos los continentes.
Los españoles en la colonización lo traen al nuevo mundo para evangelizar a las poblaciones indígenas, desde entonces se coloca dad año en el mes de diciembre. Este año 2020 el pesebre en el Vaticano tuvo distintas percepciones por parte del público al tener figuras como la de un astronauta. Este nacimiento fue realizado de 1965 A 1970, procede de la localidad de Castelli en la región de Los Abruzos.
Estos cambios a los iconos tradicionales, se corrió el riesgo de transmitir una idea equivocada de las cosas, es bien sabido que el Papa Francisco es conocido por tener ideas frescas y apoyar las manifestaciones humanas de Paz y Unidad. Este controversial nacimiento de Arte Contemporáneo que si bien es algo nuevo, no se ajusta al concepto clásico y ortodoxo que caracteriza a los nacimientos anteriores del Vaticano, causando confusión y hasta molestia por el aspecto de las figuras que en varias de ellas nos refieren otra persona.
La apuesta de poner un nacimiento distinto que fue propiamente inspirado en los acontecimientos de los años 60s y 70s, no es un acierto en estos tiempos según la perspectiva del público, ya que el 2020 está marcado por la desgracia que acarrea la pandemia. Por tal motivo los feligreses no sintieron la empatía esperada pues el nacimiento no refleja el mensaje de unidad, esperanza y calidez que nos recuerda la escena del pesebre.
Pese a las olas de comentarios que en su gran mayoría desaprueban la puesta de este nacimiento, los artistas que realizaron la obra, aseguran que representa, una síntesis de tradición y de acogida de lo nuevo, de búsqueda y experimentación.
Desafortunadamente hasta el momento su objetivo no se ha logrado, y esta aventurada decisión por parte del Vaticano ha recibido miles de comentarios a través de redes sociales, en su mayoría poco favorables, incluso hay quien ya se ha dado a la tarea de especular respecto a posibles conspiraciones detrás de esta representación que en un 2020 pandémico pone la cereza del pastel a lo extraño y casi increíble para aquellos más conservadores.
