El primer informe preliminar del grupo de científicos que analiza los orígenes de la pandemia de coronavirus asegura que “hay datos clave que aún no están disponibles” para comprender completamente cómo comenzó el COVID-19.
Los científicos que asesoran a la Organización Mundial de la Salud señalan que “es necesario realizar más estudios para acabar con varias lagunas en nuestros conocimientos”. Por ejemplo, no está claro el origen del SARS-CoV-2 ni su introducción en el mercado de mariscos de Huanan en Wuhan, y aún no se ha determinado dónde se produjo la propagación inicial.
En la actualidad, los datos epidemiológicos y de secuenciación disponibles sugieren que las cepas ancestrales del SARS-CoV-2 tienen un origen zoonótico, siendo los virus más cercanos los coronavirus identificados en murciélagos. Sin embargo, hasta ahora no se han identificado ni los huéspedes naturales e intermedios, ni el evento de propagación a los humanos.
Los científicos dicen “que no se han facilitado nuevos datos” para evaluar un accidente de laboratorio como vía de entrada del SRAS-CoV-2 en la población humana y recomienda “que se sigan investigando ésta y todas las demás vías posibles”. El Grupo “permanecerá abierto a todas las pruebas científicas que estén disponibles en el futuro para permitir la comprobación exhaustiva de todas las hipótesis razonables”, señalan.