Qué dolorosas son las muertes, qué tristes las partidas y qué fuerte el vacío que nos dejan. Por suerte, y cuando se trata de creadores artístico, nos queda el legado de sus obras. Este es el caso de Charlie Watts, quien fuera baterista de los Rolling Stones durante 58 años y quien falleció el pasado 24 de agosto de 2021. En esta ocasión te contaré un poco sobre su vida y algunas de sus anécdotas más interesantes mientras escuchamos algo de música.
Del Jazz a los Rolling Stones
Nacido el 2 de junio de 1941, su infancia transcurrió en Wembley mientras sus intereses musicales cruzaron el océano encontrándose con el maravilloso mundo del Jazz. Charlie fue vecino de Dave Green, famoso bajista de Jazz, con quien pasaba los días escuchando discos de Jelly Roll Morton, Charlie Parker, Thelonious Monk entre otros grandes del género.
Como muchos adolescentes británicos, Charlie y Dave se unieron al furor del Skiffle en los 50; ambos tenían 13 años y Dave armó su propio bajo de una sola cuerda con lo que tenía a la mano. En una charla con The New Yorker Charlie cuenta lo que hizo él: “Compré un banjo y no me gustaron los puntos en el cuello. Así que le quité el cuello, al mismo tiempo escuché a un baterista llamado Chico Hamilton, que tocaba con Gerry Mulligan y quería tocar como él, con brochas. No tenía una tarola, así que puse en un soporte.”
Por fortuna para su crecimiento musical sus padres le obsequiaron una batería poco después. Sus únicos maestros fueron los bateristas de sus discos de Jazz. Después ingresó a la Escuela de Arte de Harrow de donde salió en 1960 para desempeñarse como diseñador gráfico en una agencia de publicidad mientras que tocaba la batería en diferentes clubes de Jazz.
Hasta finales de lo 50 tocó junto con su amigo Dave hasta que Alexis Korner lo invitó a unirse a Blues Incorporated, una de las primeras bandas británicas de Blues, en 1961 cosa que aceptó hasta después de volver un trabajo como diseñador gráfico en Dinamarca. De acuerdo con el propio Watts, él no estaba ni enterado de qué era el Rhythm and Blues pensando que se trataba de una forma más lenta de interpretar a Charlie Parker. Ya como miembro de este grupo, Charlie conoció a Brian Jones el 24 de marzo de 1962.
Watts y Jones se conocieron en el legendario Ealing Jazz Club que en esta época era un semillero de talento y de donde saldrían personajes como: Eric Clapton, Jimmy Page, Rod Stewart, John Mayall y por supuesto Mick Jagger, Ian Stewart y Keith Richards. Cuando los Rolling Stones estaban en su proceso de formación intentaron convencer a Charlie Watts de ser su baterista, pero éste no aceptó la oferta tan fácilmente.
Lo que Charlie Watts pedía era un pago de cinco libras semanales y, de acuerdo con Keith Richards en su autobiografía “Nos moríamos de hambre con tal de pagarle. Literalmente. Tuvimos que comenzar a robar comida para pagarle a Charlie Watts”. Y aunque ya colaboraba con ellos, no entró de lleno a la banda hasta que firmaron el contrato con Decca en el ’63. Su primera aparición oficial fue en el mismo club de Jazz donde se conocieron, el 2 de febrero de aquel año.
Charlie Watts, la banda y algo más
Junto con Jagger y Richards, Charlie Watts fue el único miembro de los Rolling Stones que participó en cada uno de sus discos. Su estilo se convirtió en la piedra angular que le permitió al resto de su banda jugar con los sonidos de sus respectivos instrumentos, nunca se interesó por sonar agresivo como Keith Moon ni hacer gala de su virtuosismo como John Bonham. Un gran ejemplo de sus drum fills se escucha en “Get Off My Cloud”:
En palabras de los propios miembros de la banda, Charlie Watts era el motor que hacía que todo comenzara a funcionar como debería. En una charla para el canal oficial de la banda, Charlie asegura nunca haberse sentido interesado por los solos de batería ni por lucirse de ninguna manera, por el contrario, siempre eligió ser “el acompañante”, el músico que forma parte de un grupo y uno que nunca necesitó agregarle más y más elementos a su instrumento.
Quizá la relación más importante de Charlie Watts en los Rolling Stones se dio con el guitarrista Keith Richards. De acuerdo con Watts, fue él quien le enseñó a escuchar a los grandes del Rock n’ Roll, al mismo tiempo descubrió que muchos de los bateristas de R&B y Jazz de Nueva Orleans también tocaban Rock n’ Roll lo cual le abrió un horizonte de posibilidades.
Esta gran relación, como podrás imaginar, también se traslada a canciones, algunas clásicas como “Cant You Hear Me Knocking” muestran no sólo una estupenda sincronía entre batería y guitarra sino también un auténtico diálogo. Así lo expresa Watts con Rolling Stone: “Mucho es gracias a Keith, en serio. Tocar con él es como tocar con un jazzista, muy suelto. Puede ir a cualquier dirección y si lo sigues y funciona, sucede algo especial, que de alguna forma sucede por momentos en el Jazz.”
A diferencia de sus colegas de banda, Charlie Watts nunca se mostró interesado por la fama, las grandes fiestas, el desenfreno y otras prácticas alocadas. Es sabido que durante los tours de los Rolling Stones, él prefiriera ir a solo a su recámara y dedicarse a dibujar. Eso sí, todo lo que diseñaba lo hacia de manera no menos excéntrica en las sábanas de sus habitaciones.
Nunca abandonó su pasión por el diseño: además de publicar el libro para niños Ode to a Highflying Bird en 1964 inspirado en la vida de su ídolo Charlie Parker, también estuvo detrás de varios proyectos de la banda como la portada de Between the Buttons (1967) pero aún más impresionante, elaborando los escenarios para las giras desde el famoso Tour of the Americas en los 70 hasta el A Bigger Band Tour de los 00.
Del golpe a Mick Jagger a la crisis existencial
Que Charlie Watts fuera menos estrafalario que sus compañeros era evidente. Fue el primero en casarse, se mantuvo monógamo, y optó por encontrar su casa en una granja en donde criaba caballos con su esposa. Siempre prefirió la intimidad de un club de Jazz que el imponente tamaño de los estadios y sin embargo, que fuera taciturno no era sinónimo de debilidad.
La gran anécdota de Charlie Watts y Mick Jagger sucedió en 1984 cuando el segundo se había ido de parranda con Keith Richards por Amsterdam y, ya enfiestado, volvió de madrugada sólo para llamarle a su habitación (ignorando las advertencias de Richards) exigiendo: “¿Dónde está mi baterista?”
Corte a: Charlie Watts perfectamente ataviado apareciéndose en la habitación de Jagger y pegándole tremendo derechazo que por poco lo tira al canal de Amsterdam. “Nunca vuelvas a llamarme tu baterista de nuevo”. Años más tarde Charlie se declaró arrepentido de dicho acto señalando que si él no hubiera estado bebiendo por su cuenta quizá el incidente no habría ocurrido. Y hablando de trancazos escuchemos “Street Fighting Man” en su versión en vivo desde Bruselas para escuchar a Charlie siendo potente.
Los 80 fueron la etapa más difícil para el baterista, quien tuvo que batallar para salir de su adicción a la heroína y no lo hizo sino hasta después de desmayarse en medio de una grabación y de romperse un tobillo mientras caminaba por una escalera. El propio Keith Richards estuvo allí para apoyarlo y de un día para otro tomó la valiente decisión de abandonar todo de una vez y para siempre. Y lo cumplió.
Entre el Rock y el Jazz
Gracias a los Rolling Stones Charlie Watts le encontró cariño a la música Rock y disfrutó cada momento con el grupo – de hecho nunca faltó a una gira hasta la más reciente, poco antes de su fallecimiento. Pero eso nunca lo separó de su pasión por el Jazz, es interesante destacar que grabó 10 discos de dicho género por su cuenta.
Además, a finales de los 70 formó un súper grupo de Jazz llamado Rocket 88 en donde también participaron Jack Bruce de Cream, Ian Stewart, Chris Farlowe y Zoot Money. En algún momento pensé cerrar con otra canción de los Rolling Stones pero mejor escuchemos a Charlie en su género preferido:
Será difícil para los Rolling Stones reponerse después de la partida de Charlie Watts luego de que fuera pieza clave en cada una de sus canciones. Y si bien la banda tuvo que dejar atrás a otros miembros y continuar seguro que será muy difícil que alguien pueda suplir las características de Watts.
En algún momento de 1981 Charlie Watts dijo sobre cómo se sintió al integrarse a los Rolling Stones al principio de los 60s: “Nunca pensé que fuera durar más de cinco minutos, pero me di cuenta de que viviría esos cinco minutos al máximo porque los amaba.” Y pienso que esa es la mejor manera de cerrar hoy, con un músico orgulloso de haber tomado esa decisión y siendo parte de la Historia como un fantástico baterista cuyo estilo nunca tuvo que presumir nada, pero que si uno le presta atención seguro encontrará algo sorprendente.