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Amy Coney Barrett: La jueza que Trump quiere para reemplazar a Bader Ginsburg

Amy Coney Barrett se perfila, luego de la muerte de la jueza de la Suprema Corte de Justicia,…

Amy Coney Barrett se perfila, luego de la muerte de la jueza de la Suprema Corte de Justicia, Ruth Bader Ginsburg, a sustituirla en el cargo. La noticia sacudió por completo a Estados Unidos, no solo por el hecho de que fue una precursora en la lucha por los derechos de las mujeres, y una de las figuras progresistas del gobierno estadounidense, sino por lo que su vacancia significa para la escena política actual del país.

Amy Coney Barret
Amy Coney Barrett podría sustituir a la recién fallecida Bader Ginsburg

A menos de dos meses de las elecciones de Estados Unidos, y a menos de cuatro para el comienzo de un nuevo mandato, Donald Trump se encuentra en una posición idónea para reemplazar a Bader Ginsburg, que mantenía la Suprema Corte en igualdad de jueves conservadores y liberales, con una candidata que le permita tener la mayoría y le daría poder casi ilimitado al bando republicano. La favorita es Amy Coney Barrett.

¿Quién es Amy Coney Barrett?

Protegida del exjuez de la suprema corte, Antonin Scalia, cuyo fallecimiento también permitió a Trump colocar a un juez de su preferencia, Conet es una mujer de valores extremadamente conservadores, que se desempeña como profesora de derecho en la universidad católica de Notre Dame, famosa por tanto por su calidad como por sus ideas igualmente conservadores.

Como podría esperarse de alguien con pensamientos que resuenan tanto con la ideología del partido Republicano, Conet se ha expresado en repetidas ocasiones en contra del aborto, acción protegida por Bader Ginsburg. En 2016, Trump prometió que cualquier juez o jueza que él nombrase en el futuro sería alguien que se opondría al derecho de las mujeres a elegir sobre su cuerpo.

¿Cómo afecta esto al futuro de Estados Unidos?

La desventaja numérica en la Suprema Corte pondría al partido Demócrata en una situación complicada, independientemente de lo que suceda en las elecciones presidenciales. De ganar Trump, sería otro mandato con superioridad en el Senado y ahora en la Corte, lo cual le quitaría básicamente cualquier barrera burocrática.

La situación con una victoria de Joe Biden es más complicada, aunque la esperanza demócrata sigue siendo llevarse la victoria en las urnas, una derrota de Trump no significa que vaya a ceder el puesto de forma pacífica, así lo anunció el propio Trump cuando se negó a comprometerse a una sucesión sin violencia. Si bien esto no significa un conflicto armado, sí es una hostilidad más de Trump. El presidente ha pasado la mayor parte del año señalando la posibilidad de que exista fraude en las elecciones y de que se negaría a aceptar los resultados si hubiese, en su opinión, algún tipo de interferencia.

Sin la Suprema Corte ni el Senado haciendo presión sobre él, Trump podría negarse a abandonar la Casa Blanca con muchísima más facilidad de la que hubiera tenido de haber lidiado con Bader Ginsgburg, esta es una de las razones por las que Trump y su partido tienen tanto intereses en nombrar a Coney.

Recientemente, Trump fue abucheado por la multitud que se congregó para rendirle homenaje a Bader Ginsburg.

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