- Tiene mayor presencia en estados fronterizos: ACLED
Armed Conflict Location & Event Data Project (ACLED), en su examen de medio año sobre la situación en México, clasificado entre los 10 países con conflictos a seguir este 2020, junto con Yemen, Somalia, Líbano y Afganistán y otros, determinó que el Cartel de Jalisco Nueva Generación, no se vio mermado por la contingencia sanitaria y de lo contrario se fortaleció en estados fronterizos, especialmente en Tamaulipas.
Según el análisis, las medidas de confinamiento provocaron una disminución en promedio de 40% de la delincuencia común, de 20% de los secuestros y de 12% del comercio de droga al menudeo, en comparación a 2019, no obstante, las restricciones implementadas para frenar el coronavirus, no impactaron en las incautaciones de drogas ni en la violencia perpetrada contra los civiles e incluso se intensificaron las guerras territoriales entre cárteles por el control de las rutas del narcotráfico.
Sostienen que algunos cárteles de droga han utilizado la alarma sanitaria para extender y fortalecer sus operaciones en algunas zonas, por ejemplo, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), aumentó sus actividades en los estados fronterizos, particularmente en Tamaulipas, al tiempo que tiene en curso una lucha territorial en Michoacán en contra de Los Viagras; donde el número de choques violentos hasta agosto ya superó el registrado en todo 2019.
Asimismo, los enfrentamientos entre el Cártel del Golfo y el Cártel del Nordeste, por el control de la frontera entre México y EU a través de Tamaulipas, han alcanzado niveles no antes registrados.
“A pesar de la pandemia, la violencia no ha disminuido. Las organizaciones de la delincuencia organizada se apresuraron para beneficiarse de la crisis y las medidas de confinamiento relacionadas con el virus”, indica ACLED, organización especializada en el manejo de datos sobre protestas y violencia política, para el establecimiento de patrones en los mayores conflictos en el mundo.
Habrá más desempleo
El mismo análisis prevé más desempleo, lo cual sería, dicen “un incentivo adicional para unirse al narco”. Sumado a que el desvío de fondos destinados a la lucha contra la delincuencia para atender cuestiones sanitarias debilitará aún más la capacidad de las autoridades municipales para disuadir las actividades delictivas.
“Los ataques selectivos a políticos y periodistas son tendencias que probablemente empeorarán, así como el dominio de los cárteles sobre las instituciones debilitadas por la corrupción desenfrenada. Se esperan mayores niveles de violencia a medida que el país reanude la actividad económica. Los grupos más pequeños, golpeados por las medidas restrictivas, se dividirán aún más y recrudecerán la violencia”, concluyen en el documento.
