Hoy en el Día Internacional contra la Explotación Sexual y el Tráfico de Mujeres, Niñas y Niños instaurado por la Conferencia Mundial de la Coalición Contra el Tráfico de Personas, en coordinación con la Conferencia de Mujeres de Dhaka, Bangladesh, en enero de 1999, en este Diario tenemos la Certeza de que el cambio comienza con pequeñas acciones de deconstrucción y firmeza ya que mientras que exista el comercio y explotación de un ser humano y peor aún existan “consumidores”, esta problemática agudiza.
Prevenir y combatir la trata de personas, con especial atención a las mujeres y los niños es tarea de todos. Con cifras escalofriantes, y casos que llevan al punto de las lágrimas, México ocupa el tercer lugar en todo el continente como uno de los países que mayormente consumen pornografía, y emplean a menores de edad de manera ilegal para distintos fines ilícitos. En México son explotados sexualmente entre 80 y 85 mil niñas y niños; nuestro país ocupa el primer lugar en difusión de pornografía infantil y en el mundo, por lo que este pseudo negocio, liderado por personas sin escrúpulos va en aumento, y se registró que con la pandemia por Covid-19 obtuvo mayores ganancias.
En este día cabe destacar la ardua labor de colectivos sociales sobre todo los feministas que resaltan y señalan esta actividad como una de las más denigrantes, degradantes y que faltan a cualquier derecho fundamental de un humano. Diversas asociaciones destacan que este oscuro giro se ha convertido en el negocio ilícito con mayores ganancias, por arriba del tráfico de drogas y de armas, recientemente coincidieron en señalar senadores, diputados y especialistas, quienes ante este grave problema, se pronunciaron a favor de una legislación que ataque de frente a este flagelo.
Recientemente y dentro del marco del Foro: “Combate a la Pornografía de Niñas, Niños y Adolescentes”, el senador Víctor Hermosillo y Celada sostuvo que el tema ha unido a los legisladores de todos los partidos políticos sin importar colores. Aseguró que los legisladores están ahora enfocados en aterrizar una legislación para acotar este grave problema y para ir “poco a poco, rápido, más rápido en contra de la pornografía infantil”.
Las cifras revelan que México no solo es país de origen de este problema que desintegra y afecta el tejido social sino que además es origen de tránsito y destino tanto de la pornografía, como de explotación sexual y estados como Oaxaca, Guerrero, Chiapas y zonas de Puebla, Veracruz, Tabasco y la Huasteca Potosina, son entidades en donde la pobreza hace a las niñas y niños más vulnerables ante estos depredadores.
Entre muchas otras cosas el país también es destino de este ilícito, toda vez que muchos turistas lo utilizan para el llamado “comercio sexual”. Promover la cooperación entre los Estados parte para lograr los fines. Hablando del Protocolo de Palermo recordemos que este fue ratificado por México el 25 de diciembre de 2003, la adhesión del mismo a nuestras leyes impulsó la implementación de acciones concretas dentro del país para combatir al delito de trata de personas.
De acuerdo a las estadísticas, las mujeres representan el 49% de todas las víctimas de trata, y las niñas el 23 por ciento. La trata de personas es canalizada a la explotación sexual, el trabajo forzado, el matrimonio forzado, la venta de niños, la adquisición de niños soldados, y la extracción de órganos.
El tráfico de personas es un delito grave, y por ende una grave violación de los derechos humanos. Año con año, múltiples hombres, mujeres y niños se convierten en víctimas de los traficantes, en sus propios países y en el extranjero. Prácticamente todos los países del mundo están afectados por este tráfico, ya sea como lugar de origen de las víctimas, de tránsito o de destino.
En México, desde 2018, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), a partir de las recomendaciones en la materia, ha solicitado diversas acciones a diferentes autoridades para garantizar el derecho a no ser sometido a trata de personas en concordancia con los últimos criterios establecidos por la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
Discursos como: “Yo conozco a mujeres que les gusta acostarse con varios”, “a quien le dan pan que llore”, “pero se les paga”, y un largo número de frases misóginas, machistas, inhumanas y denigrantes son las que usan aquellos que suelen vivir del uso, usan seres, almas, personas que en definitiva no han tenido las mismas oportunidades que muchos de nosotros. Hoy es un día para que comprendamos y rompamos esos patrones que nos siguen ligando a la permisión de este tipo de actividades que siguen destruyendo sociedades enteras y forjando emporios económicos para unos cuantos.
Recientemente el escritor mexicano Jorge Volpi se va a la yugular de los involucrados en el tema de la trata de mujeres con una elegancia trazada en versos a través de “Las elegidas”, una novela editada por Alfaguara, que rompe totalmente el molde del melodrama para dar pasó a la denuncia sobre las verdaderas raíces de este problema que durante años fue normalizado y que hoy es expuesto con la crudeza que se requiere para quizá, algún día erradicarlo. En sus páginas Volpi denuncia energéticamente este crudo negocio.
El abolicionismo debe ser firme ante estas entidades que lastiman y rompen el ser de miles de seres a nivel mundial, siendo México una de las principales plataformas para tan terribles prácticas, la prostitución debe ser abolida, derogada, sin vigencia legal, sacada del sistema social como defensa de la dignidad de las personas.
El abolicionismo impulsado por redes de apoyo como brujasdelmarver, radfemcombativas, dofemco, feministafantastica, abogada_feminista, demachosahombres, seamossororas entre muchos otros que a diario aportan contenido de alto valor, alienta a los gobiernos a tomar medidas para penalizar la demanda y no a la persona en situación de prostitución. El modelo abolicionista centra su interés en la persona en situación de prostitución, sea varón o mujer, prohibiendo las medidas de control administrativo o policial que sobre ellos puedan ejercerse al tiempo que designa como reprochable la conducta del prostituyente, tanto sea proxeneta como cliente.
Así que la próxima vez, que piense en verse involucrado en “negocios” relacionados a trata humana replantee porque no es un trabajo, o porque no se debe fomentar el crecimiento de los mismos. Sin duda en el caso del trabajo sexual este es un sector feminizado, como sucede en la enfermería o el trabajo del hogar. Ana de Miguel dice: “lo que convierte a una mujer en prostituta es la demanda”.
De no haber demanda nadie se ofrecería a prostituirse y si a esto sumamos la doble moral de muchos hombres en este país, muchos de ellos, aquellos, que defienden la trata como algo normal, enviarían a sus hijos a trabajar con el narco, o en el más triste de los casos a sus pequeñas hijas a tomar una preparación para crear una “base” de “clientes” a quienes les brinden sus servicios y ¡ah, claro¡ considerando que desde su punto de vista es “un trabajo normal”, usted mismo se encargaría de su promoción. ¡No normalicemos, ni defendamos lo indefendible!, no es un tema propio del feminismo, es un tema de humanismo de sensibilidad y de amor a la vida.