La joven Anna Valeria Álvarez Ruelas, estudiante del octavo semestre de la carrera de Medicina, de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG), destacó que donar médula es un acto de amor que puede cambiar la vida de muchas personas.
Anna Valeria encontró su vocación para ser doctora debido a varias adversidades en casa, a su pasión por servir, el ayudar a otros y ser una chica empática; así fue como ingresó a la Autónoma.
Hace 4 años el inicio no fue fácil, dejar su natal Zacatecas, ser foránea en una ciudad más grande y encontrarse con una enfermedad que sufren su mamá y su abuelo fueron las primeras pruebas que la vida le puso para seguir adelante con su formación.
Pero su vocación por la medicina y sus buenas amistades la ayudaron a no desistir en el camino para continuar con su formación en esta casa de estudios.
La vocación de servir a los demás siempre ha estado en la vida de Anna Valeria. Incluso, ella participaba activamente en las campañas de donación de sangre que organizaban la Facultad de Medicina y la Secretaría de Salud.
Pero su interés de ayudar fue más allá, ya que le nació el interés de ser donadora de médula ósea, la cual se usa para tratar enfermedades como la leucemia.
Aunque en un inicio tenía dudas, fue durante la materia de Hematología, que imparte la Dra. Karina Orozco, que la alumna se convenció de ser donadora y comenzó a buscar a una institución que sirviera de vínculo con el receptor de la médula ósea.
El proceso para poder donar medula ósea no fue sencillo, el protocolo que se sigue es riguroso y se deben completar algunos pasos para ser considerada como donadora.
Fueron semanas en que a través de correos electrónicos se inició el proceso para encontrar el paciente compatible y tras 4 meses de espera por fin se encontró a un pequeño que recibiera su tejido y así darle una nueva oportunidad de vida.
El protocolo para la extracción de la médula ósea requirió de una cirugía en su cadera con equipo especial para extraerla de la forma menos invasiva posible y que tuviera una rápida recuperación.
La alumna comentó que la operación duró alrededor de una hora y cuarenta minutos y gracias a que no fue invasiva pudo volver a su vida normal prácticamente de inmediato.
En caso de que el receptor pudiera requerir una nueva donación, Anna Valeria puede volver a donar en 6 meses.
Donar médula ósea ayudó a la estudiante de la UAG a comprender que los donadores pueden ser agentes de cambio en beneficio de quienes lo necesitan y de quienes los rodean como familiares y amigos.
Por lo anterior la joven Anna Valeria Álvarez invitó a sus compañeros a que siempre estén comprometidos con su profesión y con la vida, y que las personas que tengan la oportunidad de conocer su experiencia también tengan la inquietud de donar, sean empáticos y recuerden que éste es un acto de amor que puede cambiar la vida de las personas, pues les da una nueva oportunidad de vivir.