Nunca había escuchado “All That Rage” de los Rolling Stones. Sucedió hace un par de días, me estaba duchando y me preguntaba si la productividad de cuarentena nos traía un nuevo sencillo luego de “Living in a Ghost Town”; al salir y revisar si había escuchado algo completamente nuevo me encontré con el rostro de Mick Jagger envuelto en nilón, era la portada de Goats Head Soup de 1973.
El álbum se relanzó en una edición de lujo el pasado 4 de septiembre. Como buena edición Deluxe incluye una valiosa dosis de material adicional (del que hablaré puntualmente más adelante) incluyendo tres canciones que se habían quedado olvidadas hasta ahora: “Scarlet”, en colaboración con Jimmy Page, “All That Rage” y “Criss Cross”. Y ya que estamos en éstas, platiquemos sobre Goats Head Soup.
Los Stones traían una racha ganadora desde 1968 cuando se publicó Beggars Banquet (producido por Jimmy Miller). Los álbumes que le siguieron se dedicaron a elevar la barra una y otra vez hasta culminar con Exile on Main St. disco que, para muchos críticos, es el punto más alto en la carrera de la mítica banda. El sentido común nos dice que una vez que llegamos al máximo de nuestras capacidades la única trayectoria posible es comenzar a descender. ¿Acaso Goats Head Soup es el que iniciaría dicho proceso?
Eclipsado por la magnitud de su predecesor, el nuevo álbum también se grabó fuera del Reino Unido. Fueron varios estudios los que recibieron a los músicos pero el más emblemático, sin duda, es Dynamic Sound ubicado en la ciudad de Kingston, Jamaica. En una entrevista con la revista Rolling Stone, Keith Richards recuerda que la banda en realidad estaba dispersa antes de ponerse a grabar: “Mick se había casado con Bianca. Charlie estaba viviendo en Francia. En otras palabras, nos habíamos convertido en exiliados. Estábamos por todos lados. Mick y yo tuvimos que aprender a escribir separados.”
¿Y Keith? Bueno, él estaba librando sus propias batallas en una clínica de rehabilitación en Suiza intentando tratar su adicción a la heroína: el escenario perfecto para escribir una de las canciones más bellas del álbum: “Angie”.
En el estudio las cosas simplemente fluían. Poco importaba que la banda no se hubiera visto en seis u ocho meses, bastaban unas horas tocando juntos para que la creatividad saliera a relucir. Un claro ejemplo de lo anterior es la canción “Winter” que comenzó con Mick Jagger tocando algunas notas en la guitarra para después armar la pieza entre todos los presentes.
Tomó apenas un mes para que ocho de las diez canciones del álbum estuvieran listas. Las grabaciones culminaron entre enero y mayo de 1973 en Los Angeles y Londres. Faltaba elegir cuál sería la canción que se lanzaría como primer sencillo: la elección fue “Angie”, tema que cierra el lado A del disco. Pero la decisión no sucedió sin una controversia: la gente de Atlantic Records no estaba convencida de que una balada fuera a liderar las tablas de popularidad, por el contrario buscaban algo que se asemejara a la potencia de otro clásico de los Stones: “Brown Sugar”, por fortuna se llegó a un acuerdo y “Angie” se lanzó posicionándose fácilmente como la número uno en el listado de Billboard.
Si Exile on Main St. llevó a los Rolling Stones al punto más alto, Goats Head Soup es ese lapso en donde ya no llegaron más arriba, pero se mantuvieron flotando, encontrándose con la realidad de que más que estrellas eran seres humanos como cualquiera. Canciones como “100 Years Ago”, escrita por un Jagger cercano a los 30 años habla sobre envejecer y el paso del tiempo; “Coming Down Again” de Richards es un canto desde las profundidades de la heroína con un solo de saxofón que bien pudo haber sonado en una balada de Gram Parsons.
Mi canción favorita es “Doo Doo Doo Doo Doo (Heartbreaker)”. Lo tiene, a mí gusto, todo: un teclado funky cortesía de Billy Preston, la fuerza incendiaria de la letra y voz de Jagger, una sección de metales poderosa, un estupendo solo de Mick Taylor. ¿Qué más podríamos pedir?
¿Qué incluye la edición Deluxe de Goats Head Soup?
Ahí les va: esta súper edición incluye un boxset con 4 LPs o 4 CDs que incluyen el disco original, las canciones antes inéditas y tomas alternativas así como el legendario concierto que los Rolling Stones dieron en el Forest National Arena de Bélgica en octubre de 1973. Este concierto, también conocido como “Brussels Affair” se publicó como un bootleg oficial en 2012 pero si no lo han escuchado no deberían perdérselo por nada del mundo. Adicionalmente se incluye un libro de 120 páginas con fotos y ensayos así como cuatro pósters de la gira de 1973.
Pienso que las ediciones especiales son una gran manera de revisitar discos, el hecho de que aporten material adicional siempre nos ayuda a entender mejor el proceso de grabación. Mientras escribía esta semana estuve escuchando una y otra vez Goats Head Soup y si les soy sincero lo disfruté bastante, aunque no les mentiré, a diferencia de los discos dentro del periodo 68-72 hay canciones que podría dejar pasar sin gran emoción. No obstante, el fuego de esta agrupación seguía radiante de cara a las producciones por venir.
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