Una periodista filipina y un periodista ruso fueron reconocidos por salvaguardar la libertad de expresión. António Guterres afirma que el galardón es un recordatorio de que ninguna sociedad es libre sin comunicadores que puedan confrontar al poder con la verdad. El Comité del Premio Nobel otorgó su presea de la Paz este año a los periodistas Maria Ressa, de Filipinas, y Dmitri Muratov, de Rusia, por su trabajo en favor de la libertad de prensa en sus respectivos países.
El Premio Nobel de la Paz enfatiza, asimismo, las denuncias que estos periodistas han hecho del abuso de poder en sus sociedades. No hay democracia sin libertad de prensa. No hay libertad de prensa sin periodistas que confronten al poder con la verdad.
Los integrantes del jurado destacaron la valentía de Ressa y Muratov para defender los derechos humanos y la libertad de expresión. “Representan a todos los periodistas que defienden esos ideales en un mundo en el que la democracia y la libertad de prensa se enfrentan a condiciones cada vez más adversas”, apuntó el Comité.
Maria Ressa es cofundadora del sitio de noticias Rappler y ha dedicado gran parte de su trabajo a reportar sobre la violenta campaña contra las drogas del presidente filipino Rodrigo Duterte, y ha mostrado la utilización de las redes sociales para propagar información falsa, acosar a los opositores del gobierno y manipular a la opinión pública.
Dmitry Muratov es cofundador del periódico independiente Novaja Gazeta, informando regularmente de las denuncias de corrupción y abusos oficiales en Rusia. Seis reporteros de la publicación han sido asesinados.
Las reacciones al anuncio de la presea no se hicieron esperar en el sistema de la ONU, liderado por el Secretario General António Guterres, quien se apresuró a felicitar a los ganadores.
“Este reconocimiento es un recordatorio de que ninguna sociedad puede ser libre sin periodistas que puedan investigar los delitos y afrontar al poder con la verdad”, afirmó Guterres en su mensaje.
“Una prensa libre es esencial para la paz, la justicia, el desarrollo sostenible y los derechos humanos en el mundo. Además, es la piedra angular para construir instituciones justas e imparciales”, apuntó.
Insistió en que ninguna sociedad puede ser libre y justa sin periodistas capaces de investigar las irregularidades, llevar información a los ciudadanos, “hacer que los líderes rindan cuentas y decir la verdad al poder”.
Guterres lamentó que la retórica anti mediática y los ataques, el acoso y la violencia contra los trabajadores de los medios vayan en aumento, tanto en persona como en línea, con las mujeres periodistas sometidas a peores abusos.
Del mismo modo, alertó sobre el doble filo de la tecnología que, si bien es una herramienta que facilita la comunicación, a menudo se usa para engañar a la opinión pública o alimentar la violencia y el odio.
“Las falsedades triunfan sobre los hechos y esto no puede convertirse en la nueva normalidad. El periodismo libre e independiente es nuestro mayor aliado en la lucha contra la información falsa y la desinformación”, apuntó el Secretario General de las Naciones Unidas antes de concluir con un llamado a apoyar unos medios de comunicación libres, independientes y diversos.
Trabajo en un entorno hostil
La Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, señaló que este Premio Nobel reconoce el trabajo de los periodistas en las circunstancias más difíciles.
“Los últimos años han visto un aumento de los ataques contra periodistas”, dijo Ravina Shamdasani, portavoz de la Oficina, subrayando el trabajo crucial de esos profesionales.
Añadió que Maria Ressa ha participado en varios foros con la Alta Comisionada y ha sufrido ataques en Filipinas durante años. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) aunó su voz a las felicitaciones a Ressa y Muratov.
“No hay democracia sin libertad de prensa. No hay libertad de prensa sin periodistas que confronten al poder con la verdad”, aseveró.