(ALJAZEERA)- La escasez de fondos y las interrupciones del tratamiento en África subsahariana como resultado de la pandemia COVID-19 ponen en riesgo decenas de miles de vidas más a causa de la malaria, advirtió la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su informe anual sobre la enfermedad transmitida por mosquitos en Lunes.
La agencia de salud de la ONU dijo que le preocupaba que incluso las interrupciones moderadas en el acceso al tratamiento pudieran llevar a una “pérdida considerable de vidas”.
Una interrupción del 10 por ciento en el acceso a un tratamiento eficaz contra la malaria en la región podría provocar 19.000 muertes adicionales, según el informe. Ese número aumentó a 46.000 con una interrupción del acceso del 25 por ciento y a 100.000 con una interrupción del 50 por ciento.
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“El progreso se ha estancado”, dijo el Dr. Matshidiso Moeti, Director Regional de la OMS para África. “El COVID-19 amenaza con descarrilar aún más nuestros esfuerzos para superar la malaria, particularmente en el tratamiento de personas con la enfermedad. A pesar del impacto devastador que COVID-19 ha tenido en las economías africanas, los aliados internacionales y los países deben hacer más para garantizar que los recursos estén ahí para expandir los programas de malaria que están marcando una diferencia en la vida de las personas “.
El último informe mundial de la OMS sobre la malaria, que se puede prevenir y tratar y afecta principalmente a países de África, muestra que el progreso contra la enfermedad ya se había ralentizado cuando surgió la pandemia de COVID-19 a principios de este año.
En 2019, hubo 229 millones de casos de malaria en todo el mundo, una cifra anual que se ha mantenido prácticamente sin cambios durante los últimos cuatro años. Unas 409.000 personas murieron a causa de la enfermedad en 2019 en comparación con 411.000 en 2018.
