En la actualidad contamos con un gran número de artículos innovadores que nos hacen la vida más práctica y fácil, esto es el caso de los teléfonos celulares, que se fabrican a gran escala por ser ya uno de los artículos de primera necesidad para muchas personas. Esta gran demanda se ve reflejada en los más de la mitad de 8 mil millones de personas de todo el mundo que tienen un celular.
Pero hay un gran problema que no puede esconderse, el daño que causa la extracción de las llamadas “materias primas críticas” por ejemplo el galio utilizado para los LED y el flash de la cámara, igualmente el tantalio de los condensadores, el indio que alimenta la pantalla, todos ellos son extraídos del subsuelo a cambio de un alto precio para la naturaleza y para el ser humano.
“La extracción de materias primas siempre es problemática, tanto para los derechos humanos como para la ecológica, ya que su proceso de producción es bastante tóxico” comenta Melanie Müller, del think tank alemán SWP. Varias organizaciones ambientales en el mundo ven este tema como prioritario en los tratados para el cambio climático, ya que esta industria está acabando con el medio ambiente.
El Indio y el galio de la mayoría de los teléfonos celulares provienen de Corea del Sur o China, el tantalio se obtiene de la República Democrática del Congo o de Ruanda, la cantidad utilizada de estos materiales es menos de 10 gramos del peso de un teléfono, pero estos gramos son suficientes para levantar una gigante industria minera internacional que trae vertederos de tierra radioactiva, aguas subterráneas envenenadas y una crisis humana derivada del desplazamiento de población indígena.
Paradójicamente las tecnologías modernas que nos han ayudado en la actualidad, como los paneles solares, los drones, las impresoras 3D y los teléfonos inteligentes, son las mismas que fomentan esta problemática de las materias primas críticas al utilizar hasta 30 de estos diferentes elementos procedentes de todo el mundo. Un ejemplo de extracción a gran escala es el del litio en Chile, elementos básicos para la fabricación de baterías para vehículos eléctricos.
“Nadie, ni siquiera dentro de la industria, negaría que la extracción de litio causa un enorme daño medioambiental “señala Müller, que explica el proceso de los lagos artificiales que las empresas generan al expulsar el metal de los depósitos de salmuera subterráneos. “El proceso utiliza grandes cantidades de agua, por lo que se acaban creando estas enormes zonas inundadas donde se asienta el litio” esto deja el agua y suelo muy contaminados.
Pero el litio no es el único elemento que al ser extraído deja una gran estela de destrucción, en Ruanda, Madagascar y la República Democrática del Congo se explotan materiales altamente tóxicos como son el berilio, el tantalio y el cobalto que están dejando estos países en condiciones deplorables en materia ecológica. Un caso muy extremo es el de Baotou, una región China de Mongolia que la industria minera de tierras raras dejó envenenadas sus granjas circundantes y también a los pueblos cercanos, provocando que miles de personas abandonaran las zonas.
Estos problemas se presentan cada vez más en los países que tienen estas materias primas críticas, como Sudáfrica con la extracción de platino que tiene impactos negativos en materia de salud y que adicionalmente esto les ha traído más crisis por el agua, ya que la extracción de cualquier mineral requiere grandes cantidades del líquido vital, y Brasil que es el principal productor mundial de niobio, del cual en las minas tienen cantidades que podrían durar hasta 200 años, sin embargo el costo de esta materia es la deforestación de la selva amazónica y el desplazamiento de 222 grupos de indígenas.
El costo que estamos pagando por nuestro desarrollo no sustentable es demasiado alto, y no estamos conscientes que el precio lo estamos pagando todos, a pesar de no vivir en estas zonas de conflicto, la próxima vez que veamos nuestros teléfonos, recordemos ser más prudentes y responsables cuando queramos cambiar de teléfono o de otros dispositivos tecnológicos.
