El presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, declaró que no se negaría a que los habitantes de etnicidad armenia que viven en el enclave de Nagorno Karabaj puedan tener “autonomía cultural”. Desde finales de septiembre, Armenia y Azerbaiyán reanudaron su histórico conflicto armado por el control de Nagorno Karabaj.
Aliyev añadió que tampoco se opondría a la introducción de observadores y personal encargado de mantener la paz y el orden civil, pero aseguró que tendrían ciertas condiciones en caso de que esto fuese a suceder.
Los intentos de llegar a una solución pacífica para este largo conflicto han sido poco fructuosos hasta el momento. A pesar de que ha logrado llegar a un frágil cese al fuego gracias a las mediaciones de Rusia, autoridades de ambos bandos se han acusado de romperlo. Esta semana se planea que los ministros de asuntos exteriores de los dos países se reúnan con Mike Pompeo, secretario de estado de Estados Unidos; que ha sido uno de los principales actores políticos de este conflicto, junto con Rusia, Francia, y Turquía.
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Por años, Nagorno Karabaj ha estado controlado por un gobierno “independiente” que cuenta con el apoyo político y militar de Armenia, país al que la mayoría de la población del enclave quiere unirse desde hace décadas.
La frágil tregua podría romperse en cualquier momento, esta serie de enfrentamientos han sido los más sangrientos desde el inicio de la guerra, y los altos mandos internacionales temen que un escalamiento y continuación en los enfrentamientos pueda llevar a la intervención militar directa de Turquía en favor de Azerbaiyán, lo cual empeoraría el conflicto de manera notable.