Save the Children advierte de que millones de niños y niñas afganos podrían sufrir hambre severa por el incremento del coste de los alimentos, la sequía y los desplazamientos. Concretamente, la organización estima que 5,5 millones de menores afganos se enfrenten a niveles críticos de hambre en el segundo semestre de este año.
El equipo de Save the Children en Kabul, Faryab y Kunduz informa de que los precios de los bienes más básicos en Afganistán han ido en aumento desde el comienzo de la pandemia y recientemente se han disparado desde que se produjera la escalada del conflicto en mayo. La organización alerta de que el coste de la harina, los frijoles o el gas en estas tres regiones han aumentado hasta un 63% en el último mes y señala que los precios seguirán creciendo a medida que los cierres de fronteras y las interrupciones de las importaciones afecten la disponibilidad de productos básicos.
“El repunte de los precios hará que los alimentos estén fuera del alcance de muchas familias, en particular de aquellas que han sido desplazadas de sus hogares y se han quedado sin nada. El conflicto, la sequía y la COVID-19 ya han empujado a millones de niños y niñas a sufrir pobreza y pasar hambre en Afganistán, pero tras los últimos acontecimientos podrían ser empujados aún más al borde de la hambruna”, señala Athena Rayburn, directora de Incidencia Política y Campañas de Save the Children Afganistán.
Una encuesta de 630 familias recién desplazadas en Kabul realizada por Save the Children a principios de este agosto ya puso de manifiesto que todos estos hogares se habían endeudado para comprar alimentos. Muchas familias se habían visto obligadas a vender sus pertenencias, recortar las comidas o enviar a sus hijos e hijas a trabajar para comprar alimentos. En este sentido, la organización recuerda que la propia ONU ha alertado de que el precio del trigo, el arroz, el aceite y el azúcar ha subido en el país más de la mitad en comparación con los precios anteriores a la COVID-19.
Save the Children también apunta a que es probable que la capacidad de las personas para comprar alimentos se vea aún más limitada por la falta de bancos y cajeros automáticos operativos, lo que les impide acceder a sus ahorros.
La organización recuerda que, a nivel global, la combinación mortal de conflictos armados, la COVID-19, y el impacto del cambio climático ha llevado los niveles de hambre y desnutrición a un nuevo récord con aproximadamente 5,7 millones de niños y niñas menores de cinco años al borde de la inanición en todo el mundo.
Save the Children es una organización independiente, imparcial y políticamente neutral que ha trabajado en Afganistán desde 1976 para brindar servicios que salvan la vida de los niños, las niñas y sus familias en todo el país. A raíz de los últimos acontecimientos, la organización ha tenido que suspender temporalmente su trabajo en la zona. En 2020, Save the Children llevo a cabo programas de salud, educación, protección infantil, nutrición y medios de vida que ayudaron a más de 1,6 millones de personas afganas.