Durante una reunión del Consejo de Seguridad, las agencias de la ONU denuncian un aumento de informes sobre violaciones y violencia sexual. También indicaron que cerca de la mitad de los niños que permanecen en Ucrania corren el riesgo de quedarse sin comida.
Tras 31 años como trabajador humanitario y de regreso de su viaje a Ucrania, el director de Programas de Emergencia de UNICEF explicó este lunes ante el Consejo de Seguridad que pocas veces en su vida vio “tantos daños causados en tan poco tiempo”, y calificó de “particularmente horroroso” el ataque a civiles en la estación de tren de Kramatorsk el pasado viernes.
“El ataque a la estación de Kramatorsk es inconcebible. Y, sin embargo, es sólo uno de los muchos casos de esta guerra en los que hemos visto un flagrante desprecio por las vidas de los civiles, y por el derecho internacional humanitario”, dijo Manuel Fontaine quien destacó la importancia que tiene la estación para miles de familias que huyen de la provincia de Donetsk
Durante una reunión del Órgano de seguridad dedicada a la situación humanitaria en Ucrania, Fontaine cifró en 3,2 millones el número de niños que han permanecido en sus hogares en Ucrania e indicó que cerca de la mitad corren el riesgo de quedarse sin comida.
Asimismo, explicó que los ataques a la infraestructura hídrica y los cortes de electricidad han dejado a unos 1,4 millones de personas sin acceso al agua en Ucrania y que otros 4,6 millones de personas sólo tienen un acceso limitado.
“La situación es aún peor en ciudades como Mariupol y Kherson, donde los niños y sus familias llevan ya semanas sin agua corriente ni servicios de saneamiento, ni suministro regular de alimentos, ni atención médica. Se están refugiando en sus casas y bajo tierra, esperando que cesen las bombas y la violencia”, denunció.
“Se han atacado cientos de escuelas e instalaciones educativas o se han utilizado con fines militares. Otras sirven de refugio para los civiles. El cierre de escuelas en todo el país está afectando al aprendizaje -y al futuro- de 5,7 millones de niños en edad escolar y de 1,5 millones de estudiantes de enseñanza superior”, alertó y aplaudió los esfuerzos de las autoridades para garantizar la continuidad de la educación.
Un problema con un contexto mucho más amplio al considerar que en seis semanas se han desplazado casi dos tercios de todos los niños ucranianos. “Se han visto obligados a dejarlo todo atrás: Sus hogares, sus escuelas y, a menudo, sus familiares”, y alertó del peligro que corren de sufrir violencia, abusos, explotación y tráfico de personas.
Un listado de adversidades al que también se enfrentan las mujeres y en el que Fontaine incluyó un aumento de denuncias violencia sexual y otras formas de violencia de género.
Aumenta el riesgo de violencia de género y la trata de personas
Esta denuncia la respaldó la secretaria ejecutiva de ONU Mujeres quien explicó haber recibido un aumento de noticias sobre violaciones y violencia sexual.
Sima Bahous, que informó al Consejo tras su regreso de una visita a Moldavia, destacó que estas acusaciones se deben investigar de forma independiente para garantizar la justicia y la rendición de cuentas.
La máxima representante de ONU Mujeres cifró en unos 95.000 el número de ucranianos en Moldavia y, citando fuentes gubernamentales moldavas y de la policía fronteriza, destacó la necesidad de aumentar el apoyo para vigilar los cruces fronterizos.
“El riesgo de trata de personas aumenta a medida que la situación se vuelve más desesperada. Las mujeres jóvenes y las adolescentes no acompañadas corren un especial riesgo”, alertó y llamó a todos los países a incrementar sus esfuerzos en a combatir la trata de personas y elogió a los países de acogida por su cooperación en materia de prevención.
Posteriormente, una representante de las organizaciones de la sociedad civil “La Strada”, Kateryna Cherepakha, destacó que desde el inicio de la invasión rusa en Ucrania el pasado 24 de febrero “toda la población del país está amenazada de muerte” y que, como suele ocurrir en tiempos de guerra, las personas más vulnerables son las mujeres y los niños.
Cherepakha centró su intervención en cuatro áreas: desplazados internos y refugiados; la situación de las mujeres en las administraciones locales expuestas a la amenaza de secuestro, tortura y asesinato; el rol de las mujeres en diversos sectores como la paz y la seguridad, las activistas, las periodistas y las voluntarias; y los casos de violencia sexual denunciados.
En este último apartado, explicó que la organización “La Strada” ha registrado nueve episodios de violación por parte de soldados rusos de 12 mujeres y niñas en ciudades y pueblos ucranianos temporalmente ocupados.
“Vemos una enorme cantidad de traumas, miedo por la vida, no están dispuestas a hablar de lo que ha sucedido. Las que consiguen llegar a los lugares más seguros, están demasiado traumatizadas para denunciar, necesitan primero apoyo, terapia y recuperación”, detalló.
Con relación a esta situación, el representante permanente adjunto de Rusia, destacó que hay una “clara intención de presentar a los soldados rusos como sádicos y violadores, al igual que en el pasado. Los soldados soviéticos vencedores de la Segunda Guerra Mundial fueron presentados como sádicos y violadores. Vemos que no han cambiado ni los objetivos ni la rusofobia de los métodos de propaganda heredados por Ucrania”.
En paralelo, la ONU lanzó este lunes un plan de ayuda al desarrollo para Ucrania. A corto plazo, el programa busca ayudar económicamente a las personas necesitadas. A más largo plazo, pretende ayudar a los millones de personas que luchan por satisfacer sus necesidades básicas tras la invasión rusa.
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo pretende contrarrestar la devastación causada por el bombardeo de las ciudades ucranianas y las primeras proyecciones de que, de continuar la guerra, podrían perderse dos décadas de progreso económico.