Lo primero que debemos hacer es hablar y visibilizar la violencia de género para combatirla, debido a que este fenómeno se presenta en todos los ámbitos, aseguró la jefa del Departamento de Proyectos para Comunidades Incluyentes de la Dirección General de Atención a la Comunidad (DGACO) de la UNAM, Brenda Rodríguez Herrera.
Al participar en las actividades que la UNAM preparó por el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres, “25N: Por una #UNAMLibreDeViolencia”, la académica se dirigió a las jóvenes para exhortarlas a estar atentas e identificar las diferentes agresiones a las que se pueden enfrentar.
“La violencia de género no va solo en una modalidad, puede normalizarse tanto que no nos damos cuenta que la estamos padeciendo, y es mucho más complicado en un noviazgo; nunca es tarde para romper ese círculo de agresión”, alertó.
Al dictar la conferencia “Violencia en el noviazgo adolescente”, en la sala virtual de la Escuela Nacional Preparatoria 4, “Vidal Castañeda y Nájera”, refirió que se puede caracterizar en forma de chistes sexuales, invitaciones, llamadas, mensajes, bromas, acecho, gestos ofensivos con manos y cuerpo, y llegar a insinuaciones, exhibición de pornografía o la petición de favores sexuales y, por supuesto, la violencia digital.
En este contexto, la coordinadora de la Clínica de Atención a la Violencia de Género de la UNAM, ubicada en la Facultad de Medicina, Ana Lilia Guerrero Viloria, expuso que aquí se ofrece atención integral y multidisciplinaria con profesionales en salud mental.
“El primer contacto es una entrevista de carácter psicosocial, y si requiere una valoración de interconsulta se canaliza, pero ante todo es una escucha empática y activa”. El sistema nervioso debe ser valorado por un especialista, porque la violencia lo afecta, resaltó.
Hay solución a las problemáticas; sin embargo, los síntomas se van agudizando con el paso del tiempo y se transforman, por lo que hay que emprender una intervención para la recuperación, y existen profesionales que lo puedan hacer, subrayó.
En la conferencia “Atención psicológica y violencia de género”, efectuada en el aula virtual de la Facultad de Artes y Diseño, campi Taxco, la académica de la Facultad de Psicología (FP), Sandra Ivonne Ferrer Reyes, recordó que esa entidad académica puso en marcha la plataforma de detección de riesgos en el ámbito mental.
Son cuestionarios aplicados de atención psicológica: hasta el momento llevamos más de 163 mil y establecimos que el autocuidado es la base de la salud mental. “Es importante, porque según cifras globales la depresión afecta a 300 millones de personas en el mundo, y 800 mil recurren al suicido, anualmente”, alertó.
Para responder el cuestionario se puede ingresar a la página: www.misalud.unam.mx.
Impulsar la sororidad y el autocuidado
A fin de participar en la eliminación de la violencia hacia nuestro género, las mujeres debemos analizarnos, reconsiderar roles tradicionales de género que aún mantiene a muchas calladas y sin saber decir “no”; así como replantearnos nuevas formas de autoconocimiento, plantearon jóvenes psicólogas invitadas a la Facultad de Arquitectura de la UNAM.
La psicóloga independiente Joy Damaris Tirado Velázquez se refirió a la “gordofobia”; es decir, al odio, rechazo y violencia que sufren las personas obesas por el hecho de serlo. “Este sesgo que discrimina es mucho más marcado en las mujeres que en los hombres, pues impera en la sociedad un modelo machista que favorece a las jóvenes delgadas y atractivas”.
Consideró que provoca objetivar o minusvalorar a personas con cuerpos grandes y es una forma de discriminación frecuente, además de poco valorada por ser normalizada.
Para luchar contra la “gordofobia”, Tirado Velázquez propuso quitarle la carga emocional al adjetivo “gorda”, no insultarnos, alejarnos de la cultura de las dietas para hablar de salud integral, señalar el “bullying gordofóbico”. Es necesario visibilizar la diversidad corporal.
Al hacer uso de la palabra, la psicóloga y educadora en sexualidad, Zaira Yanet Gutiérrez Contreras, sugirió apoyar los círculos de mujeres como estrategia para impulsar la sororidad, que de acuerdo con la feminista Marcela Lagarde es una hermandad entre ellas, es “percibirnos como iguales, que podemos aliarnos, compartir y, sobre todo, cambiar nuestra realidad”.
Explicó que son espacios en donde la figura del círculo representa una curva que se encuentra, hay equidad entre las integrantes y se puede hablar de todo: del tipo de cuerpo, la sexualidad, emociones, relaciones humanas, cambios, hombres, mujeres y roles de cada género.
Al respecto, la psicóloga independiente, Nadia Guerra Gardida, planteó el tema del autocuidado, un concepto que busca enfrentar el mito de la supermujer, cuestionar si sabemos decir “no”, aprender a ser aliadas mediante la sororidad e identificar lo que no nos sienta bien.
Es hacernos a nosotras mismas un regalo “porque me lo merezco” y para conectar con el placer, a partir de actividades u objetos simbólicos; así como expresarnos libremente, porque tradicionalmente hemos aprendido a callarnos.