La pandemia de COVID-19 y las consecuencias de las medidas para intentar mitigarla han dejado sobre América Latina un panorama sombrío: millones de casos y cientos de miles de muertes, empleos en caída libre, aumento del hambre, la pobreza y hasta la violencia de género.
Para Luis Felipe López-Calva, director regional del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Latinoamérica ha tenido un impacto tan fuerte debido a una interacción entre los problemas estructurales que ya existían mucho antes, como la desigualdad, y los desafíos inherentes a la pandemia que comparte con otras regiones.