Organizaciones de la Iglesia, en este 8 de marzo, denuncian una serie de injusticias contra las mujeres, y urge la promoción de “una educación basada en valores de igualdad, respeto, solidaridad y complementariedad”. Y sugieren un cambio del modelo económico y cultural que les brinde a las mujeres su derecho a un trabajo digno.
La Juventud Obrera Cristiana (JOC) y la Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) hacen un llamamiento a que la comunidad cristiana se comprometa a seguir construyendo una “igualdad real”. En este 8 de marzo, denuncian una serie de injusticias contra las mujeres, y urgen la promoción de “una educación basada en valores de igualdad, respeto, solidaridad y complementariedad”. Sugieren un cambio del modelo económico y cultural que les brinde a las mujeres su derecho a un trabajo digno.
En un artículo del Movimiento Mundial de Trabajadores Cristianos, MMTC, se recuerda que la pandemia “está teniendo un fuerte impacto en las mujeres”, con un mayor número de desempleo, “contratos a tiempo parcial o su presencia en la economía informal”. Las más afectadas con las mujeres jóvenes.
También ha aumentado el fenómeno de la trata, “mujeres traídas bajo promesas de un trabajo digno, cuando lo que les espera es una situación de esclavitud y amenazas continuas”, aseguran en el manifiesto con motivo del 8 de marzo, Juntas construyendo amistad social.
Ambos movimientos, la HOAC y la JOC reclaman “el establecimiento de los controles e inspecciones oportunas en los lugares de trabajo para asegurar que se cumplan las leyes contra la trata de personas”. También piden por “la conciliación familiar” con el trabajo. El nuevo sistema del teletrabajo se “puede convertir en “un arma de doble filo para las mujeres”, por el incremento en la carga de las tareas domésticas y de cuidados, así como por la pérdida en las relaciones laborales comunitarias”.