- Entre la realidad y la fantasía solo hay un poco de “tiempo”
Empecé como payaso con la firme intención de crear un universo fantástico para los niños, tenía 14 años de edad aproximadamente cuando me día cuenta que quería dedicar parte de mi vida a entretenerlos, hacerlos felices, incluso compartiendo aprendizaje y experiencias con ellos.
Inicialmente le daba clases de inglés a un grupo de alrededor 5 niños, más tarde y conforme fui preparándome, pude abrir un taller de teatro para niños y adolescentes con los que montamos alrededor de 5 obras originales “Desde mi cielo”, “Reli-Clown”, “Entre el cielo, vos y yo”, “Pastorela de pastor con piña” y “El adiós de los Tres Reyes Magos”, en las que abordamos diferentes técnicas escénicas, entre ellas el clown y la puppetería (Marionetas y puppets).
Esta experiencia duró alrededor de 10 años y efectivamente, el tiempo vuela, los niños crecen, los adultos se van y yo caí en un estado de letargo, en el que todo esto se volvieron nada más que hermosos recuerdos. Como siempre, mi personaje más arraigado, se aferra a no dejar morir este sueño, les hablo de Pibe Clown, ese payaso con el que comenzó todo y que se hace presente cada que la realidad quiere convertir a la fantasía en “nada”.
Forme más tarde junto a un par de entrañables amigos: “La triste Circo”, una banda que irónicamente descomponía canciones para arrancar las risas, recuerdos e ilusión de quienes las escuchaban, pero de igual manera, esto se diluyó después de presentarnos en repetidas ocasiones en diferentes espacios culturales de la Ciudad de México y Morelos. Así, que Pibe debía continuar su andar de nueva cuenta solo…
En este punto, tanto Pibe como yo estábamos cansados, frustrados, desilusionados, con una generación de niños creciendo entre narcoseries y reggaetón, y padres desinteresados en su sano crecimiento. Así que decidimos renunciar.
Cuando Pibe dijo “Adiós”
Era el cumpleaños numero 3 de una princesa… una que año con año pedía insistentemente junto a su hermana (de 8 años de edad), la presencia de Pibe en su fiesta, que a sus ojos, se realizaba bajo el techo de un castillo montado a media calle afuera de su domicilio y hasta donde incluso los invitados acudían, sabedores de que el Payaso argentino, estaría presente con su show.
Ese sería el marco perfecto para despedirnos, agradecidos y frente a un par de niñas que habían sido fieles a este universo clownezco creado por Pibe. Y así sucedió. Dijimos adiós.
No obstante, no sería por mucho tiempo, pues de entre ese público en el que había reyes, reinas, príncipes, princesas, nobles gigantes, caballeros, hadas y animales fantásticos, salió uno, que por su tamaño, tal vez, jamás nadie había visto: el ratón, quien dijo “No”.
Se unió a nosotros y de manera insistente nos reprochaba la decisión de abandonar el barco, no obstante, se encargó de construir los cimientos de una nueva historia y con magia de sirena, nos convenció de volver, poco a poco, sin presión, ni compromiso, más bien por gusto, amor y vocación como al principio.
El ratón estaba convencido de que el universo que Pibe y yo estábamos construyendo no estaba muriendo, sino que se estaba transformando, estaba cogiendo identidad, estaba tomando forma y que lo nuestro no era más que una especie de pubertad en la que crees que debes dejarlo todo, pero en realidad no hay motivos para hacerlo.
“Levanten la cabeza” dijo el ratón, entonces Pibe y yo poco a poco observamos lo que había construido con sus pequeñas manos y pasos cortos. “Es nuestro” recalcó… Y tal como Bastian salvó fantasía, en “La Historia Sin fin”. Ahora nuestro ratón era la princesa que nos invitaba a darle un nombre a este universo, que sin darnos cuenta nos ayudó a transformar en lo que ahora será conocido como CircOZpatía, a través del cual entenderemos que entre la realidad y la fantasía solo hay un poco de “tiempo”
Aquí viven: Vladimir VorkOZ, famoso titiritero; su hermano Voltaire, gran científico e inventor; Alejo Alejandré, investigador y periodista; Nomi el extraterrestre, entrañable secuaz de Voltaire; y Pancho, simpático simio blanco que se une a las aventuras de todos estos personajes. Por su puesto que Pibe tiene también un lugar en este mundo al que nos dirigimos, en compañía de nuestra ratona.
No te pierdas aquí. Cada semana un capitulo de esta historia, denominada CircOZpatía. Escrita por Arturo Arellano e ilustrada por Missi Mouse Ilustra y Alessio Van Rock.
