En el marco de la celebración del 50 Aniversario del Premio Nobel de la Paz otorgado a Norman Borlaug por desarrollar variedades de trigo panificable de alto rendimiento que contribuyeron a evitar hambrunas en el sureste asiático en las décadas de los sesenta y setenta del siglo pasado, la Secretaría de Relaciones Exteriores de México refrendó su compromiso con la paz internacional y el desarrollo sostenible.
México tiene una larga trayectoria de cooperación para el desarrollo internacional que, en el rubro de la agricultura y la alimentación, impulsó el establecimiento y desarrollo del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (Cimmyt), organismo internacional con sede en Texcoco, Estado de México, dedicado a la investigación y desarrollo de prácticas y tecnologías para incrementar la productividad, rentabilidad y sustentabilidad de dos de los tres granos básicos más importantes para la seguridad alimentaria global: el maíz y el trigo.
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“El Gobierno de México, el Centro Nobel de la Paz en Oslo, Noruega, y el Cimmyt conmemoran el 50 aniversario de la entrega del Premio Nobel de la Paz y honran el legado del Dr. Norman Borlaug, con un llamado a la acción y al impacto para evitar una crisis alimentaria provocada por los efectos económicos de la pandemia por COVID-19 mediante una respuesta que contribuya a transformar la agricultura en un instrumento de paz y desarrollo en todo el mundo”, señaló la subsecretaria de Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos, Martha Delgado.
México y el Cimmyt ejecutan proyectos bilaterales de cooperación para mejorar el rendimiento, la capacidad de adaptación y las prácticas productivas del maíz y el trigo a través de estrategias integradas de investigación y desarrollo de capacidades en los que participa activamente la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader).
“Vemos al Cimmyt como nuestro brazo ejecutor para generar el impacto en campo en colaboración con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos y nuestros programas de investigación nacionales como el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (Inifap) y el Colegio de Posgraduados (Colpos), entre otros”, comentó Víctor Villalobos, titular de la Sader quien también ocupa la presidencia honoraria del Consejo Directivo del Cimmyt.
Por su parte, el director general de Cimmyt, Martin Kropff, aseguró que los productores de maíz y trigo en todo el mundo generan entre 3 mil 500 y 4 mil millones de dólares anuales en beneficios a partir del trabajo de investigación y desarrollo que realiza el organismo internacional en más de 40 países. “Además de celebrar el legado de Norman Borlaug, Cimmyt aprovecha esta oportunidad para expresar su sincera gratitud a los gobiernos de México y Noruega por su continuo apoyo y al Centro Nobel de la Paz por promover los ideales de la paz a nivel global”, subrayó Kropff.
“Hoy necesitamos escuchar la crisis, construir una respuesta transformadora y desarrollar una respuesta de la mano de organismos e instituciones que unidos, podamos crear, diseñar e implementar estrategias integradas para construir sistemas agroalimentarios saludables, resilientes y sostenibles”, aseguró el Dr. Bram Govaerts, quien considera que “esta coyuntura mundial que vivimos es una oportunidad para dar forma a un futuro sustentable hecho de experiencias que nos demuestran la importancia de co-construir soluciones duraderas generadoras de paz, resiliencia y prosperidad”.
El llamado a construir paz y prosperidad a través de la agricultura contó con el respaldo del Centro Nobel de la Paz, organismo establecido en Oslo, Noruega, con el propósito de promover el trabajo de quienes han recibido el Premio Nobel de la Paz desde su creación en 1901. “La pandemia de coronavirus ha complicado el acercamiento de tradiciones, incluso para el Premio Nobel de la Paz pero, al mismo tiempo, nos recuerda cuán dependientes somos de los demás y qué se está haciendo para promover el bien común en el mundo”, declaró su directora ejecutiva, Kjersti Flogstad.
Este año, el Comité Noruego del Premio Nobel entregará el Premio Nobel de la Paz al Programa Mundial de Alimentación de las Naciones Unidas, 50 años después de haber honrado a Norman Borlaug con el prestigiado reconocimiento, “por sus esfuerzos para combatir el hambre, por sus contribuciones para mejorar las condiciones para la paz en áreas afectadas por conflictos y por actuar como una fuerza dirigente en los esfuerzos para evitar que el hambre se use como un arma de guerra y conflicto”.
“La decisión de la Fundación del Premio Nobel hace énfasis en la importancia de la seguridad alimentaria, de la Agricultura para la Paz y de la necesidad de sistemas alimentarios resilientes”, señaló la subsecretaria de Asuntos Multilaterales y Derechos Humanos, Martha Delgado.