Estados Unidos necesita “recuperar un grado de colaboración con China” en temas económicos, por lo cual habrá que esperar para saber cómo se controla y administra esa competencia estructural que hay entre ambas naciones y que mantengan canales de cooperación, consideró Gonzalo Sebastián Paz, profesor de la Georgetown University.
Resaltó además la importancia estratégica de restablecer diálogo entre Estados Unidos, China y América Latina, relación que inició George Bush y continuó Barak Obama, pero interrumpió Donald Trump. No obstante, habría que ver la decisión que toma al respecto el presidente estadounidense, Joe Biden.
Dijo que existe consenso en Washington y en los dos partidos políticos estadounidenses en torno a que China es un tema estructural que llegó para quedarse, además de la visión del actual mandatario de la Unión Americana de tener relación con China. “Me parece que el nuevo presidente de Estados Unidos tratará de recuperar una cierta normalidad”.
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En la conferencia virtual “La competencia estratégica Estados Unidos-China: impacto y respuestas en América Latina y el Caribe” recordó que cuando Donald Trump asumió la presidencia tenía una visión proteccionista del comercio internacional.
Una de las primeras medidas que tomó fue sacar a su país del Acuerdo Transpacífico de Cooperación Económica (TPP, por sus siglas en inglés), una gran articulación económica, aunque también de carácter estratégico. Con esa decisión, dijo, EU perdió la ventaja de generar las normas a la que otras naciones tienen que adaptarse.
Durante en el encuentro organizado por el Centro de Estudios China México (Cechimex) de la UNAM, sostuvo que Trump fue criticado por los expertos de política exterior; sin embargo, existe un elemento de antes de la era Trump el cual generó gran consenso en Washington y entre las élites de los partidos estadounidenses en cuanto a que China es un rival.
Asimismo, en el primer año de la administración trumpista se emitió un documento que alinea las políticas públicas en Estados Unidos con respecto a China: National Security Strategy de 2017, el cual declara al país asiático un rival estratégico.
En tanto, la Unión Europea formuló -en marzo de 2019- una visión estratégica de las relaciones entre Europa y China, en la que señala a ese país como un competidor sistémico y sin perjuicio; ambas partes mantienen una colaboración constructiva y en diciembre de 2020 firmaron un acuerdo sobre inversiones recíprocas.
China, prosiguió el especialista, cuenta con relaciones bilaterales con los tres grandes de América Latina: México, Brasil y Argentina, además de Cuba y Venezuela, por razones ideológicas y una larga amistad, “en parte como respuesta a esta percepción del encerramiento que significa el TPP y otras políticas de Estados Unidos”.
A partir de 2013 la iniciativa de la nación asiática en el mundo es la Franja y la Ruta, pensada originalmente para Europa y Asia, cuya conceptualización varía y muta; se trata de un concepto bastante dinámico.
“En un principio se trataba de recrear las rutas históricas de China a través de Asia central con Europa, pero se ha transformado en un concepto que ya domina la política exterior de China, es el legado principal, hasta el momento, de Xi Jinping”, aseveró Sebastián Paz.