Por donde miremos tenemos al alcance de nuestra vista la terrible huella del daño ecológico que estamos generando, muestra de ello es la basura en las calles, desde una envoltura hasta bolsas de basura abandonadas en las avenidas, parques con bolsas de suciedad de perro tiradas por todos lados y como estos ejemplos hay muchos donde nuestros residuos son muy evidentes, y las consecuencias también.
Pese a que ya existe una ley de separación de basura, y otra ley que prohíbe el uso de plásticos de un solo uso desde enero del 2020, la población sigue generando cantidades importantes de residuos plásticos que podrían evitarse, esta situación se agravó más con la entrada de la Pandemia de Covid -19, ya que la forma inadecuada de desechar un cubrebocas está contribuyendo con el aumento de basura en las calles, que a su vez es más peligrosa por estar contaminada del virus SARS-COV-2.
Esta situación es de carácter global, día a día en el mundo se generan millones de toneladas de basura, desde los años 50 la humanidad ha producido 9 mil millones de toneladas de plástico, de este número el 9% se recicla, un 12% se incinera, pero el 79% está acumulado en diferentes lugares de la tierra. Uno de los más afectados en por este problema es el mar, datos de la ONU estiman que entre 8 y 13 millones de toneladas de plástico y de otros desechos entran al mar cada año, este alarmante número, es igual a vaciar un camión de basura en el mar cada minuto.
El problema del plástico es tan grave, que incluso ya nos rebasó desde hace mucho sin darnos cuenta, ya que estamos consumiendo plástico de forma imperceptible, en promedio una persona ingiere aproximadamente 5 gramos de plástico cada semana, y parte de este plástico se ingiere de forma aérea. Las investigaciones sobre el efecto de los micro plásticos aún es poca, pero ya se sabe que el plástico para en el tracto intestinal, pero de igual forma puede terminar acumulándose en el tejido cerebral y en otras partes del cuerpo.
La naturaleza no nos abandona como nosotros a ella, la solución podría estar en un diminuto ser, un hongo que come plástico, el Pestalotiopsis microspora cuenta con la maravillosa cualidad de consumir poliuretano ( un principal compuesto plástico) fue descubierto en la selva amazónica de Ecuador por un grupo de estudiantes de la Universidad de Yale, sus investigaciones afirman que el hongo puede crecer en poliuretano y usarlo como fuente de carbono, esto significa que el hongo no depende de un ambiente con o sin oxígeno para vivir, solo va descomponiendo y digiriendo todo lo captado para convertirlo en materia orgánica.
Sin duda la respuesta viene de quién menos lo esperamos y con todo y este significativo descubrimiento la voluntad de muchas personas no está en cuidar la naturaleza, si no de usarla sin ningún cuidado, para poder mejorar este problema, tendríamos que frenar el consumismo desenfrenado y replantear nuestro camino como humanidad.