Llega el mes de diciembre y con él, los pensamientos de armonía, amor, paz, el querer encontrar o reencontrar con amigos y familiares, las cenas inigualables las luces de colores por todos lados, las posadas con sus piñatas, los intercambios.
Sin duda en México disfrutamos la navidad como muy pocos lo hacen, pero ¿sabemos cuándo aparece por primera vez esta festividad en nuestro país?
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Existen documentos que datan de un 25 de diciembre de 1492 donde dibujan la 1ª navidad en América y ya propiamente en México aparece en 1526.
Este mes de fiestas en todo el mundo, sin duda pasa lento para muchos y muy rápido para otros, es un mes lleno de sorpresas, de altas y bajas que se viven con más intensidad, tal vez por ser el último mes del año se vuelve muy especial y que cada uno de nosotros sabrá como nombrar.
Cuando yo era niño recuerdo que mis abuelos y mis padres platicaban que la navidad la festejaban de una manera muy sencilla, todos esperaban el inicio de las posadas, la larga espera del rosario valía la pena para llegar al manjar de la colación que eran los cacahuates, naranja piñatera, una jícama, una caña y los confites que son hechos de azúcar glass pintado de colores. Era clásico escuchar a “La Sonora Santanera” con su canción “Las Fiestas de Diciembre”, en la radio las posadas que las radiodifusoras preparaban eran algo emocionante.
9 días todos atentos esperábamos a que dieran las 8 para iniciar el rosario y pareciera una rutina diaria, pero no, era una ilusión, un desear, quizá por las carencias económicas de esa época, pero era divertido poder compartir con los vecinos o amigos ,sin temor, ni maldad , La Navidad para la mayoría de las personas era y es mágica, ver reunida a la familia, compartir lo poco que se tenía, un té con un sándwich o quizá un tamal y a la cama porque no había la posibilidad de que Santa Claus, trajera regalos, era un abrazo con amor y en muchas ocasiones acompañado de lágrimas, pero sin perder la ilusión de época.
Las Piñatas siempre llenas de una rica colación, cacahuates, jícamas, naranjas, cañas con la tradición de los 7 picos que representan los pecados capitales, muy diferente al día de hoy que aparecen piñatas de personajes infantiles y no tan infantiles.
Sin duda cada época tiene su encanto, diciembre brinda un golpe de distintas emociones en cada generación, en cada época, para los que ya tuvimos la fortuna de recibir un obsequio de Santa Claus o en muchos casos del Niño Dios, es un momento emocionante, lleno de ilusión, el despertar y ver los obsequios que te habían dejado, abrirlos y compartirlos con la familia, lo que una noche antes imaginabas y que incluso te quitaba el sueño.
El año 2020 quedará registrado como un año muy complicado, cada mes tendrá sus historias que contar para el futuro y en el caso de la navidad, será recordada como una navidad distante, fría pero más allá del clima, por la falta de calor humano presencial, las posadas con toda la familia y amigos quedó como un recuerdo, un anhelo de que tal vez el próximo año pueda suceder.
Los villancicos grabados sin duda sonaron pero este 2020 no fueron lo mismo sin los grupos de niños riendo y gritando, los adultos brindando y disfrutando la velada a espera de la gran cena.
Esta navidad la vimos apoyada en nuestros recuerdos, en las vivencias pasadas, tal vez en las amistades olvidadas, los familiares que no buscamos por distintas razones, o no nos buscaron, o se adelantaron en el camino.
Esta época decembrina sacó a relucir profundos deseos, miedos, tristezas que se agudizaron más por la pandemia. Hay una definición médica que refiere un estado de ánimo que es propio de la navidad, El TAE que es Trastorno Afectivo Estacional, mejor conocido como depresión decembrina, que se presenta en las fechas donde desciende la luz solar y el frio aumenta.
Esta navidad busquemos recordar todos los momentos más felices que hemos vivido en el pasado, buscar por cualquiera de los medios que ahora existen a nuestros amigos y familiares, valorar que hoy los tenemos y aún a la distancia decirles lo mucho que los queremos, lo importantes que son para nosotros. La tristeza y el miedo, hay que dejarlas de lado, anteponer las cosas buenas y así poder sentir el calor de esta época a la distancia.
Esta Navidad del 2020 nos ofrece la oportunidad de crear recuerdos aún más significativos, de valorar lo que se tiene, de darnos libremente a la vida sin temer que el día de mañana el entorno sea adverso. Hoy nuestros deseos y prioridades pasaran a ser diferentes para siempre.