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Ananda Shankar y el mejor disco de Raga Rock

El Raga Rock tuvo una vida efímera en los 60s, escuchemos un disco de Ananda Shankar para descubrir más sobre el género.

Cuando se habla de músicos indios en occidente el primer nombre que suele venir a la mente de los entusiastas de la música popular es Ravi Shankar, quien desde sus giras por Estados Unidos y Europa hasta su amistad con George Harrison, fue parte fundamental para la incorporación de elementos orientales en géneros como el Rock, el Pop y el Folk de la segunda mitad de los 60.  Pero no hablaré hoy de él, sino de su sobrino Ananda Shankar y de un género que vivió poco: el Raga Rock.

El término Raga Rock se hizo popular a mediados de los 60. Pero ¿exactamente qué significa? La palabra clave es raga, palabra en sánscrito cuya raíz (reg-) significa teñir o colorear. La palabra tiene siglos de tradición (uno de los primeros tratados musicales en mencionarla data entre los siglos VI y II antes de Cristo) pero una definición valiosa proviene del siglo V, dice Brhadeshi, de Matanga: “El Raga es una combinación de sonidos provista de movimiento melódico que tiene el efecto de colorear y producir sensaciones agradables”.

Y tú te preguntarás, ¿qué es lo que se tiñe? Y yo tengo otra cita de Swami Prajnanananda en su Estudio Histórico de la Música India que lo explica mejor: “Así como una pieza de tela blanca puede ser teñida con varios colores, de la misma manera las mentes de los hombres quedan teñidas, matizadas, por así decir, con las agradables vibraciones de dulces sonidos musicales. En efecto, las vibraciones de sonidos dulces (combinaciones) de la música instrumental y vocal, crean sensaciones que agradan y calman la mente, la forma material total de estas sensaciones o impresiones es lo que se llama Raga”.

George Harrison Ravi Shankar
George Harrison y Ravi Shankar

En Inglaterra fueron The Yardbirds los primeros en experimentar con sonidos de otras tradiciones, como el de una sitar y una tabla (dos pequeños tambores) para la canción “Heart Full of Soul” (aunque al final la parte de la sitar fue omitida), en dicha pieza Jeff Beck usó una Fuzz Box para distorsionar el sonido de su guitarra la cual prolonga sus notas tal como lo hace una tanpura en la música india. Pero quienes provocaron un impacto real en la cultura pop occidental fueron The Beatles mostrando a un grupo de músicos de la India en su película Help! y luego con George Harrison tocando la sitar en “Norwegian Wood (This Bird Has Flown)” del disco Rubber Soul (1965).

Roger McGuinn y David Crosby, miembros de The Byrds, y seguidores de la música de Ravi Shankar dieron un paso más: su sencillo “Eight Miles High” incorporó por primera vez la técnica improvisatoria de los ragas (dato simpático: todos los ragas son improvisados y moviéndose dentro de un marco melódico). Le siguieron The Rolling Stones con “Paint it Black”, The Hollies, Traffic, Donovan, The Pretty Things, Grateful Dead, y más.

Estilísticamente los rasgos que compartieron muchas de las piezas del género incluyen: el uso de la sitar sustituyendo o combinándose con la guitarra eléctrica, la incorporación de notas extendidas ya sea con una tanpura o distorsionando la guitarra, el juego de hacer dialogar a los instrumentos, las vocalizaciones, la incorporación de ideas orientales en la lírica así como el uso de melodías basadas en las escalas indias.

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Sin embargo, pocos fueron los artistas que trataron a la tradición oriental más allá de un mero exotismo. Uno de ellos fue George Harrison, quien viajó a la India para aprender del propio Ravi Shankar y entendió que, como muchas otras expresiones artísticas hindúes su intención no es la de entrenamiento sino la de la trascendencia espiritual, la de la unión con el Todo. Es fácil encontrar las canciones de The Beatles (“Love You To”, “Within You Without You, “The Inner Light”) con influencia india pero el primer disco como solista de George es menos conocido: Wonderwall Music (1968), proyecto instrumental grabado entre Londres y Bombay que incorporó a un grupo de músicos indios.

Ananda Shankar a escena

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Ser sobrino de Ravi Shankar e incorporarse en el ámbito musical sin duda es un peso imponente. Ananda cuenta que su interés por la música llegó desde temprana edad y naturalmente se acercó a su tío quien, debido a su complicada agenda, terminó enseñándole sitar a través de cassettes. Ante esta complicada manera de aprender, Ananda se inscribió en la Banaras Hindu University en Varanasi para tomar lecciones de Pandit Lalmuni Mishra.

Ananda Shankar interrumpió sus estudios y llegó a Estados Unidos durante la segunda mitad de los 60s, cuando su tío ya era una figura de renombre en la cultura popular. El motivo era que su padre, el bailarín Uday Shankar, estaba hospitalizado en San Diego. Una vez que su padre se recuperó Ananda eligió quedarse más y se mudó a Los Ángeles (no sin antes pasar por San Francisco), uno de los centros hippie del momento.

No le tomó mucho acoplarse a la vida del movimiento contracultural y también se hizo buen amigo de los músicos del momento. Así fue como conoció a Jimmy Hendrix con quien tuvo una serie de encuentros musicales que pasaron a la historia del Rock, de acuerdo con el biógrafo David Henderson, Ananda Shankar visitó durante poco más de una semana la habitación de Hendrix en el hotel donde se hospedaba. En el primer encuentro “comenzó a tocar sentado al estilo indio, dirigiendo la meditación necesaria para los complejos tiempos musicales de los ragas ancestrales. Pronto Jimi conectó su guitarra a su amplificador Princeton y comenzó a tocar.”

Luego de estas sesiones, Hendrix invitó a Ananda Shankar a hacer un disco en conjunto, pero el músico de la India rechazó la propuesta considerando que “no sería su música” y optó por trabajar solo. Ahí donde entra Alex Hassilev quien le ayudó a Shankar a firmar con Reprise Records (el mismo sello a cargo de los primeros discos de Joni Mitchell).

No se tienen fechas exactas de cuándo iniciaron ni de cuánto duraron las grabaciones del primer disco de Ananda Shankar salvo que sucedió en 1969, pero lo que sí sabemos es que no grabó en ningún estudio importante sino en el estudio casero de Alex Hassilev en Hollywood. Varios músicos interesantes participaron: en las guitarras a Dick Rosmini y a Drake Levin de la banda Paul Revere & The Raiders; Jerry Scheff y Mark Tulin, de The Electric Prunes, en los bajos;  Joe Pollard y Michael Botts, de Bread, en las baterías; Paul Lewison en el sintetizador Moog y Pranish Khan en la tabla.

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El disco fue producido por Hassilev en colaboración con otro miembro de The Electric Prunes: James Lowe quien, en entrevista años después, comentó que el músico más cercano a Ananda Shankar fue Paul Lewison, con quien escribió la mayoría de las canciones. Esta cercanía hizo que la combinación del Moog con la sitar se sienta dinámica y orgánica a lo largo de todo el disco.

Ananda Shankar salió a la venta el 1970 y aunque no logró posicionarse en ninguna lista de popularidad, sí se convirtió en un álbum de culto que le dio a su autor el renombre internacional necesario para despegar su carrera musical.

El Raga Rock de Ananda Shankar

La gran diferencia de Ananda Shankar y la mayoría de quienes hicieron piezas de Raga Rock es que el primero sí tuvo educación clásica. Ni siquiera los meses de Harrison en la India podrían compararse con años de estudio y eso hace a este disco la auténtica joya en la corona de un género de tuvo vida en poco más de seis años.

Recordemos que el Raga Rock es la combinación de dos tradiciones y el disco abre con una fantástica interpretación de “Jumpin’ Jack Flash” de The Rolling Stones. Es la sitar la que dirige toda la pieza y, al tratarse de una canción instrumental, toma tanto la melodía de la voz de Mick Jagger como la de la guitarra de Keith Richards pero, como todo buen cover, transforma la canción a su manera y la sección que correspondería al solo de guitarra nos revela la velocidad en los dedos de Shankar sonando de forma mucho más compleja que la canción original, escuchemos:

El álbum cuenta con un segundo cover, en este caso, de The Doors. En “Light Might Fire” Ananda se apoya de Lewison quien le otorga una dimensión casi espacial con el sonido de su Moog. El resto del disco consiste en canciones originales y, concretamente en el lado A, tenemos a “Mamata (Affection)”, un gran ejemplo de las notas alargadas características del raga que combina una guitarra acústica y percusiones para dar una sensación casi tropical.

El lado A tiene dos canciones más y ambas me parecen formidables a su modo. En “Metamorphosis” se puede apreciar mucho mejor la relevancia de las percusiones en la música india mientras que la sitar alcanza por momentos estados de éxtasis y complejidad al que se le suma una tenue línea de bajo. “Snow Flower” es una balada en donde se combinan la sitar y el bajo y es también una de mis piezas favoritas por la melancolía que es capaz de transmitir en menos de tres minutos:

En “Dance Indra”, del Lado B, la melodía de la sitar parece más cercana a la música árabe y el sonido del sintetizador la dota de una sensación nocturna difícil de explicar. Sin duda una gran interpretación de Lewison. “Raghupati”, que cierra el álbum, es una reinterpretación de una canción Folk de la India e inicia con una invocación a Bhahma; la única pieza con lírica también es una gran muestra de cómo suena el Raga Rock, fusionando guitarra acústica, un mantra recitado sin cesar y un “solo” de guitarra y sitar al mismo tiempo.

La última canción que escucharemos hoy es “Sagar (The Ocean)”, misma que años más tarde Ananda Shankar describió como el único tema que interpretó con la mentalidad de un músico de tradición clásica. Si recordamos lo aprendido acerca de los ragas, podríamos pensar que su autor tuvo en mente una emoción concreta con la que quiso “teñir” la mente de sus escuchas. Es fácil adentrarse a la atmósfera que genera cada textura que la compone: la sitar, la guitarra acústica, el sonido del sintetizador y emocionarse con la parte climática de la composición cerca del final:

Un fragmento de la música de la India

La tradición de la música clásica india es enorme y lo que hemos descubierto acerca de los ragas es apenas un atisbo de algo mucho mayor. Sin embargo, el fenómeno del Raga Rock marcó un gran paso para que ambas culturas se nutrieran mutuamente y eso logró ampliar los límites creativos de muchos de los involucrados.

Ananda Shankar estuvo 14 meses en Estados Unidos pero dejo el disco más interesante de todo el Raga Rock. Al volver a casa, fue criticado duramente acusándolo de “malbaratar” la imagen cultural de la India pero eso no impidió que continuara una popular carrera que le dio a la escena de la música popular india un nuevo toque occidental. Al final, buscó cumplir un nuevo sueño: crear un grupo dirigido por él que combinara músicos orientales y occidentales, y lo logró, pero esa es otra historia.

Me quedo con un fragmento de una entrevista realizada a Ananda Shankar sobre su carrera: “Debemos preservar los estilos clásicos de la música y la danza en su forma auténtica. Pero podemos permitirnos ir más allá y crear nuestros propios estilos, y eso es lo que estamos haciendo, creando nuevos estilos”. ¿No es eso lo más importante?

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