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Un momento para llorar: Blue de Joni Mitchell

Críticos y músicos coinciden, Blue de Joni Mitchell es uno de los mejores discos del siglo XX. ¿Quieres saber por qué? Sigue leyendo.

1971 fue un estupendo año para las cantautoras, hace no mucho tuve la oportunidad de contarte sobre Tapestry de Carole King, y en esta ocasión estaré escribiendo sobre otro disco fantástico de este año: Blue de Joni Mitchell. Dicho álbum cumplirá sus primeros 50 años muy pronto, así que es la excusa perfecta para conocer más sobre él, su autora y darle una oportuna escuchada.

Originaria de Canadá, la carrera de Joan Anderson (más adelante se cambiará el nombre, no te preocupes) inició a principios de los 60 mientras su atención transitaba entre la carrera de pintora en la Escuela de Arte de Alberta y la interpretación de temas Folk en espacios pequeños para financiar sus estudios y darse cualquier cantidad de gustitos. Mitchell se encontró con un problema mientras tocaba música en las calles canadienses y era que había una disputa por interpretar covers Folk en donde los más favorecidos eran los artistas varones y de más edad; ante eso empezó a escribir sus propios temas.

El punto de quiebre en la historia fue su embarazo en 1965 cuando, ante la imposibilidad de mantener a su hija, terminó por darla en adopción. De acuerdo con la propia Joni Mitchell fue este evento traumático el que hizo que sus letras cambiaran para siempre, que comenzara a escribir “de manera personal”.

Joni Mitchell Blue

Joan Anderson cambió su nombre a Joni Mitchell cuando se casó con Chuck Mitchell; se fueron de Canadá y entre el ’65 y el ’67 siguió interpretando en diferentes locaciones, fue en este periodo que aprendió a afinar su guitarra de formas alternativas para alcanzar tonos distintos y darle a sus acordes los sonidos que ella necesitara. Sus otras características principales, el sentido poético de sus letras y las fluctuaciones en su voz (variando tonos a media frase o palabra según lo desee), le hicieron ganar más y más adeptos hasta que, luego de verla en una presentación en Florida, David Crosby la invitó a grabar su primer álbum.

En Los Ángeles Joni Mitchell firmó un contrato con Reprise Records. Su disco debut, Song to a Seagull, se comenzó a grabar en 1967 en los estudios de Sunset Sound (los mismos en donde The Doors grabaron sus primeros álbums). Ese mismo año la artista canadiense se divorció de Chuck y se integró al círculo de cantautores de la costa oeste de Estados Unidos en pleno florecimiento de la cultura Hippie. Song to a Seagull se estrenó en 1968 y fue producido por David Crosby, quien insistió en que Mitchell grabara de la manera más natural posible y sin ningún tipo de overdub Folk-Rock.

La carrera de Joni Mitchell siguió en aumento, el resto del 68 se enfocó en hacer presentaciones en vivo a lo largo de Estados Unidos para luego enfocarse en grabar su segundo disco. En esta ocasión Mitchell tomó la decisión de ser ella la encargada de la producción (salvo por una canción a cargo de Paul A. Rothchild) y contó con la colaboración de Stephen Stills en la guitarra. Clouds fue publicado en 1969, un año después le mereció el premio Grammy a la Mejor Interpretación Folk.

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Ladies of the Canyon (1970), sirvió como un puente en la carrera de Joni Mitchell, en donde su letras comenzaron a adquirir una cualidad punzante a la hora de hablar sobre las emociones que buscaba representar. Mucho del estilo de este álbum derivó de su estrecha relación con Crosby, Stills, Nash & Young con quienes compartió escenario infinidad de veces. La crítica a la idealización, a la generación Woodstock, a la fama artística se hizo presente en este álbum que pronto se convirtió en su primer disco de oro.

En un ambiente artístico plagado de hombres las canciones de Joni sorprendieron al gremio. Pero fue Blue, el disco que escucharemos hoy, el que dio un golpe aún más fuerte en la mesa del Folk. Pensémoslo de esta manera, para muchos, ver a Joni Mitchel junto David Crosby y los chicos, era percibirla como una groupie más… ¿Merecía esto? Por supuesto que no.

Joni Mitchell y la idea de Blue

Joni Mitchell y Graham Nash tuvieron una breve pero intensa relación que cerró con la década de los 60. Vivían en la casa de Joni ubicada en Laurel Canyon y para ambos fue un momento luminoso creativa y emocionalmente. Varias de las canciones de Ladies of the Canyon (“Willy”, Blue Boy”) y Blue (“Old Man”) tienen sus raíces en este periodo; la famosísima “Our Home” de Graham, también es un retrato de su relación.

Pero de las canciones, los viajes y las ”peleas” por quien tocaba primero el piano pasaron a una situación mucho más amarga, Graham le pidió matrimonio y quedaron muy cerca de concretarlo. A la par de esto, Joni Mitchel estaba hastiada de la cultura Hippie, del fanatismo de Woodstock, de que la gente quisiera verla a ella pero no escuchar con atención lo que tenía que decir y tomó la decisión de irse de vacaciones a Europa.

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Comencé a escarbar en mi propia alma más y más y hallé más humanidad en ello. Esto asustó a los cantautores a mi alrededor; los hombres parecían estar nerviosos por ello, casi como cuando Dylan se enchufó y comenzó a ser eléctrico,” recuerda Joni Mitchell en conversación con Clive Davis.

Lejos y en un proceso de autodescubrimiento, Joni le envió un telegrama a Nash: Se acabó. Cuando Mitchell volvió de Europa prácticamente todas las canciones estaban escritas. Las grabaciones iniciaron en el ’71 dentro de los estudios A&M en Hollywood, California, con Joni como productora y Henry Lewy como ingeniero de audio. Apoyando en las guitarras colaboraron James Taylor y, una vez más, Stephen Stills. Hubo algunos ajustes de último minuto, pero Blue quedó terminado y en marzo terminó la producción.

Blue se estrenó el 22 de junio de 1971 publicado por Reprise Records. Le fue sumamente bien: en Canadá consiguió el segundo sitio de la lista de popularidad, en el Reino Unido se colocó en el tercer puesto obteniendo también doble disco de platino, y en Estados Unidos llegó al lugar número 15. Críticos y artistas por igual lo celebraron desde entonces y hasta la fecha.

Sentimental pero no confesional

Se ha escrito una y otra vez de Blue y un término que encontré un múltiples reseñas y artículos lo suele definir como confesional. Joni Mitchell siempre ha negado esto e incluso, en una charla con CBC lo comenta con ironía: “¿Qué es lo confesional? ‘’¿Estoy triste?’ ¿Acaso nunca has estado triste? […] una confesión en esta cultura sucede en una iglesia y es un pecado, o a punta de golpes en una estación de policía”.

Las 10 canciones que conforman Blue podrán ser autobiográficas pero el proceso mediante el cual Joni llegó al fondo de sí terminan por hacerlas universales. Se habla desde el desamor, desde la añoranza, desde la tristeza, desde el deseo. Como buenas narraciones, sus estrofas nos transportan por distintas escenas pero también por distintos grados de intensidad de una sola emoción.

Escuchemos la canción que abre el disco, “All I Want” (que alude a su relación con el músico James Taylor). Ésta inicia en movimiento pero el camino tomado no es más que una búsqueda incesante por conocer lo que uno quiere; cuando finalmente se desea al otro nace la duda de si el otro nos desea de regreso.

La letra transita por la intención del bien mutuo al estado indefenso de una relación que se daña a sí misma. Parafraseando a Sheila Whiteley en su libro Women and Popular Music: Sexuality, Identity and Subjectivity, Joni Mitchell es la viajera solitaria en el centro de un camino (imagen típicamente masculina desde Kerouac hasta los rockeros) que no es sino el centro de su propia historia.

Primero que nada soy pintora”, cuenta Joni Mitchell en aquella entrevista con CBC, “y aplico algunos de los principios de la pintura a mi música”. “Little Green” habla desde el arrepentimiento por haber dado a su hija en adopción y a lo largo de toda la pieza juega mediante imágenes poéticas con el significado del color verde. Otra de las canciones que combina el arrepentimiento con la poesía es “River” en donde Joni se lamenta haber dejado a Graham y anhela esquiar en un río tan pero tan largo que sea capaz de enseñarle a sus pies a volar de regreso con él.

Sonoramente los principales sonidos de Blue son el piano, la guitarra acústica, la voz aérea de Joni Mitchell y el salterio de los Apalaches, mismo que aprendió a tocar en el viaje a Europa pero cuya sonoridad se hace presente en el inicio de la canción más animada del disco: “Carey” cuya textura se adereza con coros, percusiones y la guitarra de Stills en un ritmo cercano al calipso. A lo largo de la canción se alude un hombre con el tuvo un breve encuentro en la isla de Creta pero, como en su vida, éste fue tan breve que incluso no llegó más lejos que la estrofa final de la canción.

A Case of You” es posiblemente una de las canciones con más covers de Joni Mitchell. En ella también se aprecia el salterio de los Apalaches junto con la guitarra de James Taylor. La letra es poética, vulnerable y tiene referencias literarias de Shakespeare y Rainer Maria Rilke; habla sobre el amor y sus contradicciones, pero es la voz de Mitchell, inundada de sentimiento, la que hace vibrar al escucha. Escuchemos:

¿Y cuál es mi canción favorita de Blue?

Hay discos en donde es fácil decir qué lado es mejor. Blue no es uno de ellos, es más bien una pieza de música íntegra en donde nada flaquea por lo que, a lo largo de sus 36 breves minutos de duración siempre cumple y siempre emociona.

Charlando con Rolling Stone, Joni Mitchell admite: “En ese periodo de mi vida no tenía defensas personales. Me sentía como el celofán que envuelve una cajetilla de cigarros. Sentía que no tenía absolutamente ningún secreto para el mundo, y no podía pretender que era fuerte. O feliz en mi vida. Pero la ventaja de esto en la música fue que no hubo defensas allí tampoco.”

Hay quien confunde la vulnerabilidad con debilidad, quizá por eso los hombres tan hombres del Folk y el Country como Kris Kristofferson y Johnny Cash se sintieron alarmados de que Joni Mitchell se expresara como lo hizo a lo largo de este disco. Desde mi punto de vista, este trabajo es mucho más un acto de valentía y de humanidad.

Mi canción favorita de Blue es “California”, tema Folk Rock en donde Mitchell añora volver al hogar como quien extraña regresar a la Ítaca personal, en este caso, California en donde su desarrollo creativo encontró terreno fértil. Escuchemos y volvemos con unas palabras de Joni:

Joni siempre ha renegado de la cultura mediática que alaba a los famosos, por eso, después de estrenado Blue se auto exilió a la naturaleza de Columbia Británica. A ella no le interesa que busquen verla en un festival, más bien, nos da un consejo: “El truco es… si tú escuchas esa música y me ves a mí no vas a sacar nada de ella, pero si tú escuchas esa música y te ves a ti mismo posiblemente te haga llorar y aprendas algo al respecto y ahora sí estés sacando algo de valor”.

Ahora es momento de escuchar este disco completo.

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