Las altas temperaturas pueden ser peligrosas para nuestra salud, y es importante estar conscientes de los efectos que una ola de calor puede tener en nuestro bienestar y cómo podemos contrarrestarlos . Aunque no son tan visibles como otros desastres naturales más imponentes como los huracanes o las inundaciones, las olas de calor pueden causar daños significativos e incluso llevar a la muerte. Por eso, es fundamental tomar medidas para protegernos y cuidar de nuestra salud durante estos eventos climáticos extremos.
¿Qué nos pasa cuando hay una ola de calor?
Según la Organización Panamericana de la Salud (OPS), entre los efectos de una ola de calor se encuentran el agravamiento de enfermedades cardiopulmonares y renales.
Pero los efectos de una ola de calor en nuestra salud pueden ser diversos. Además de la deshidratación, podemos experimentar edema, síncope, calambres, dolor de cabeza, irritabilidad y agotamiento. El calor extremo también aumenta el riesgo de accidentes cerebrovasculares y contribuye al desarrollo de coágulos sanguíneos. Es importante tener en cuenta que muchas de las muertes relacionadas con las olas de calor se deben al agravamiento de enfermedades preexistentes, como problemas cardíacos, pulmonares y renales.
En respuesta al aumento de las temperaturas nuestro organismo desencadena una serie de acciones en nuestro organismo, como la vasodilatación periférica y el sudor. Por un lado, la vasodilatación permite que más sangre fluya hacia la periferia del cuerpo, ayudando a su enfriamiento, pero también puede sobrecargar nuestro sistema cardiovascular. Por otro lado, la sudoración excesiva puede llevar a una pérdida significativa de líquidos y electrolitos, lo que puede resultar en deshidratación.
Pero, ¿qué es exactamente una ola de calor?
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM), no existe una definición precisa de este fenómeno, pero se trata de un periodo inusualmente caliente, seco o húmedo, que puede durar varios días y afectar tanto a las personas como a los sistemas naturales. Durante una ola de calor, nuestro cuerpo se enfrenta a desafíos significativos para regular la temperatura interna.
¿Qué podemos hacer para contrarrestar estos efectos?
Para prevenir los efectos negativos de una ola de calor, es fundamental tomar precauciones. La OPS sugiere seguir las recomendaciones de las autoridades locales y tener en cuenta las siguientes medidas:
- Evita exponerte al sol durante las horas de mayor calor.
- No dejes a niños, ancianos o mascotas en vehículos estacionados sin supervisión.
- Evita realizar actividades físicas intensas al aire libre sin protección.
- Consume agua regularmente, incluso si no sientes sed.
- Toma duchas o baños fríos en lugares seguros.
- Mantén tu hogar fresco cubriendo las ventanas durante el día y utilizando aire acondicionado o ventiladores en las horas más calurosas.
- Si experimentas síntomas relacionados con el calor, busca atención médica.
- Recuerda que cada persona tiene su propia capacidad de adaptación al calor, pero es esencial estar alerta y cuidar de nuestra salud durante las olas de calor.
Siguiendo estas precauciones, podemos reducir los riesgos y mantenernos seguros mientras disfrutamos del verano.
