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Hablemos sobre Link Wray

Te platicamos sobre uno de los pilares de la música Rock: Link Wray.

Una guitarra distorsionada puede cambiar el mundo. ¿Qué guitarrista podría influir a personajes como Neil Young, Bob Dylan, Pete Townshend e Iggy Pop y marcar un estilo tan claro con una sola canción? Link Wray, ¿te suena? Hoy te contaré sobre él, su música y sobre uno de sus discos menos exitosos comercialmente me cautivó.

La vida de Fred Lincoln Wray Jr. nunca fue sencilla, y como la historia de la música nos ha enseñado, eso significa que tarde o temprano encontraría en el sonido de su instrumento, la guitarra, una forma magistral de expresar eso que había sentido y vivido. Hijo de una madre nativo americana (Shawnee) y padre blanco, sus primeros años los pasó en una choza sin piso ni ningún tipo de servicio, por si eso no fuera suficiente, la vida en Dunn, Carolina del Norte, en esa época (los años 30) no era nada sencilla para los nativo americanos quienes tenían que lidiar, escondiéndose, de los miembros del Ku Kux Klan.

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Su primer acercamiento con la música fue a los 14 años cuando él y su hermano Vernon comenzaron a tocar en clubs de Jazz de Portsmouth, Virginia. Había llegado allí con su familia con ayuda del gobierno. Wray creció interesado en el Country de Chet Atkins pero fue la tristeza de Hank Williams la que lo conquistó. Siguieron los tiempos difíciles: la Guerra de Corea por dos años, la tuberculosis al volver a casa; perdió un pulmón. Tuvo que estar en cuarentena durante un año, aunque allí conoció a Elvis Presley. Y el Country y el Jazz quedaron atrás, el sonido del Rock n’ Roll lo fue todo.

1958. Link Wray, su hermano Doug Wray (batería) y su primo Shorty Horton (bajo) estaban tocando en Fredericksburg, Virginia. Eran la banda suplente de The Diamonds, un grupo de Doo-Wop que tenía un hit llamado “The Stroll”; cuando el jefe del evento les pidió que lo tocaran Link Wray (que nunca antes había escuchado esa canción) improvisó a partir del ritmo que su hermano marcaba en la batería.

Para Link Wray y su banda sonar fuerte lo era todo, y esa noche Doug golpeó los tambores con el lado contrario de las batacas y alguien puso un micrófono en el amplificador de la guitarra de Link, quien rasgó tres power chords que pasaron a la historia. El ruidero estaba haciendo que los amplificadores retumbaran y el público enloqueció. Los espectadores pidieron que la recién creada pieza se repitiera de nuevo: se tocó tres veces.

“Rumble” de Link Wray and the Raymen se grabó luego de que alguien entre los presentes descubriera su potencial. Lo más interesante sucedió aquí, así lo cuenta Link Wray en una entrevista: “En vivo tocaba realmente fuerte con estos pequeños amplificadores Sears y Roebuck de 60-watts, y los chicos se volvían locos con ello. Pero en el estudio el sonido era muy limpio, muy country. Así que empecé a experimentar, y perforé agujeros en las bocinas con un lápiz buscando recrear el sonido sucio y distorsionado que tenía en el escenario.”

El sencillo se estrenó el 31 de marzo de 1958 publicado por Cadence Records, no tardó mucho en convertirse en todo un éxito alcanzando el puesto número 16 de las listas de popularidad. Con más de un millón de copias vendidas, este tema es considerado como el debut del fuzztone, el feedback y la distorsión en una misma sesión de grabación. Todos esos efectos estallarían la década posterior.

El Rock instrumental, particularmente el Surf Rock, vivió grandes momentos durante los primeros años de la nueva década. Link Wray y su banda lanzaron algunos buenos sencillos como “Raw-Hide” y “Jack The Ripper” aunque ninguno de ellos recibió la atención de su primer hit. El problema para los hermanos Ray llegó en 1964 con La Invasión Británica, que borró del mapa cualquier sonido que no fuera el de los artistas Pop recién llegados.

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Wray nunca se sintió atraído por la nueva escena musical y aunque no dejó de crear música pronto quedó olvidado, por decisión propia, de los reflectores. Luego de trabajar con Epic Records y hartarse, formó su propio sello familiar: Rumble Records y eventualmente publicó más sencillos con Swan Records.

A mediados de la década Link Wray anunció su retiro de la música, declarando que había decidido convertirse en granjero. Pero lo que nadie sabía era que, aprovechando un viejo gallinero en la casa de su hermano, lograría armar un pequeño estudio de grabación con una máquina de tres pistas. Así grabó muchas de las canciones que conformarían al menos tres discos después.

El primero de ellos se publicó en 1971, se llama Link Wray.

Link Wray se había mantenido alejado tocando covers de Elvis Presley en un bar poblado por rednecks pero, una vez que la década de los 70 comenzó, logró conseguir un contrato con Polydor. Estaba listo para crear un nuevo álbum, mismo que se comenzó a grabar durante la primera mitad del ‘71.

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El álbum se grabó en el estudio-gallinero y fue mezclado por Chuck Irwin. El proceso tuvo algunos percances que ahora son anécdotas curiosas, por ejemplo, en las canciones más ruidosas el equipo de grabación tenía que colocar los micrófonos afuera y apuntando a las ventanas; no siempre contaron con batería por lo que se tuvo que improvisar dando pisotones en el piso de madera y agitando una lata con clavos para emular platillos.

Uno de los productores, Steve Verroca, lo recuerda así: “Lo que hacíamos era entrar en la choza y hacer música. Ahí hacíamos la melodía y después escribíamos algunas letras. Sí, no es lo más normal pero es lo que sucedía naturalmente”.

Link Wray, el álbum, es una gran fusión de Rock, Folk, Country, Blues, Góspel, Roots, es decir, un disco de Americana hecho y derecho. Quienes lo escuchen pronto identificarán algo de The Band, de Crosby, Stills & Nash e incluso The Rolling Stones. Y sin embargo, nunca se alejó de sus raíces, el resultado es una mezcla de temas que hablan con la tristeza de Hank Williams pero también con la intensidad que cultivó como artista de Rock n’ Roll.

Las 11 canciones que conforman el álbum fueron escritas entre Wray y Verroca. Algunas, como “Black River Swamp” nos transportan con melancolía a escenarios casi pastoriles; uno de los pioneros de la distorsión no iba a dejar de usarla por lo que tenemos piezas como “Rise and Fall of Jimmy Stokes” que combina el sonido de la guitarra acústica y una estruendosa guitarra eléctrica; “God Out West” es otro gran ejemplo del relampagueante estilo de Link Wray con un poderoso solo.

De la blusera “Tail Dragger” me encanta escuchar la incorporación de un teclado al sonido de Wray; “Juke Box Mama” resuena con cada pisotón y rasgueo; “La De Da” se transforma en un himno con piano, guitarra y harmonías que parece traída de Exile on the Main St.

La canción con la que conocí Link Wray y mi favorita del disco es “Fire and Brimstone” que empieza con una animada guitarra Country a la que se le suma la marcha contundente de la batería y una narración que dice narrar un sueño que pronto se dibuja apocalíptico. El solo es igualmente incendiario. Escuchemos:

Bob Irwin, jefe de Sundazed Records, y quien se ha encargado de relanzar mucho del trabajo del artista considera que Wray “sentó el prototipo de la guitarra fuerte y distorsionada”. Qué mejor manera de volver a las raíces que escuchar al artista que inspiró a tantos chiquillos que algunos años después terminarían de armar lo que ahora conocemos como Rock.

A Link Wray y su disco Link Wray (publicado en junio de 1971) les fue muy mal en ventas. Los fans del músico deseaban seguir escuchando los mismos guitarrazos de los 50 y lo que recibieron fue una versión mucho más madura de un hombre reencontrándose con sus orígenes. Eso me parece suficiente razón para darle oportunidad a su música. Escúchalo y cuéntame qué te pareció este descubrimiento.

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