“El cosmos está también dentro de nosotros. Estamos hechos de la misma sustancia que las estrellas”
-Carl Sagan
En un principio, toda la materia que compone nuestro universo estaba condensada en una sola singularidad que componía todo lo que conocemos, entonces esa singularidad explotó, liberando el universo en un estallido violento, una danza caótica protagonizada por un universo joven y desordenado. Nuestra conexión con el universo.
Una brutal sopa cósmica a una temperatura miles de veces mayor a la del centro de nuestro sol y una densidad sorprendentemente enrome las partículas primigenias nadan y chocan, aniquilándose unas a otras y creando más, generando átomos que mueren tan rápido como nacieron.
Mientras pasa el tiempo el universo se va estabilizando, después de tan solo 3 minutos de la creación la temperatura ha bajado drásticamente a tan solo 70 veces la temperatura del centro de nuestro sol, las partículas elementales se estabilizan formando por fin los primeros elementos estables, Los primeros elementos en existir, fueron los más simples que conocemos, el Hidrogeno y el Helio que desde ese entonces y hasta ahora dominan en el universo como los elementos más abundantes.
Después de unos cientos miles de años la temperatura logró descender hasta los 3000 kelvin y los átomos se hicieron un poco más estables, pero no fue hasta después de doscientos millones de años que el universo vio nacer las primeras estrellas estables, estrellas donde se lograron cocinar elementos que el universo todavía no había visto nacer, elementos como el Oxígeno, Neón, Nitrógeno y Carbono, tal vez no el oxigeno que respiramos, per si el Carbono del que estamos hechos.
Nuestra conexión con el universo
La base de toda la vida que conocemos es el carbono, nosotros, así como los animales y las plantas, todos estamos hechos de carbono, carbono que no se generó en el big bang, Carbono que no se produce de la nada, Carbono que fue horneado dentro de una estrella y después fue liberado hacia el universo, mandado a vagar hasta encontrarse con una tierra primitiva y formar el caldo primitivo del que la vida surgió.
Los átomos que nos componen fueron alguna vez los mismos átomos que compusieron una estrella lejana que ya pereció, las partículas que componen esos átomos que se cocinaron dentro de la estrella alguna vez fueron parte de una singularidad que dio origen del universo, bailaron y se aniquilaron entre ellos, para volverse a formar en el caldo primigenio, todos nosotros, todas las cosas y si existe vida en otros planetas, también ellos, todos estamos formados de las partículas que alguna vez danzaron juntas en el caos del origen.
Tal vez en escalas cósmicas no somos más que puntos parlantes flotando a la deriva, sin un rumbo fijo ni un destino predeterminado, pero guardamos una conexión con el universo, una conexión casi mística, pues por muy grande que sea el universo nosotros formamos parte de él y tenemos nuestros orígenes de la misma singularidad, estamos hechos del mismo material. Nuestra conexión con el universo.
