Un instrumento de sensibilización para una escultura dedicada a los que no están consientes: esto quiere ser el código QR que a partir de este 29 de diciembre, estará en el interior de una pequeña placa de la obra “Angels Unawares – Angeli inconcientes”. Colocada hace dos años en la Plaza de San Pedro, la escultura fue creada por el artista canadiense Timothy P. Schmalz y representa, a tamaño natural, una multitud heterogénea de migrantes y refugiados. En su centro destacan las alas de un ángel, que sugieren la presencia de lo sagrado. La escultura se inspira en un pasaje bíblico: “No olviden la hospitalidad, pues por ella algunos albergaron ángeles sin saberlo” (Hebreos 13, 2).
El código QR añadido a la escultura permite acceder a un sitio web especial disponible en varios idiomas: español, inglés, francés, portugués y alemán. Aquí, los visitantes pueden conocer más sobre la historia de la escultura y, al mismo tiempo, conocer más sobre la realidad de los migrantes y refugiados a través del magisterio del Papa Francisco.
Recordar a todos el desafío de la acogida
Inaugurada por el Pontífice el 29 de septiembre de 2019, con motivo de la 105ª Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, la escultura está realizada en bronce y arcilla y pretende –decía Francisco hace dos años – “recordar a todos el desafío evangélico de la acogida”.
“En los últimos años hemos decidido combinar la información cultural y las enseñanzas de la Iglesia, para ayudar a los visitantes a pasar de ser turistas a peregrinos en el Vaticano”, dijo por su parte el cardenal Michael Czerny, subsecretario de la Sección Migrantes y Refugiados del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral. “Con esta nueva herramienta”, subrayó el cardenal, que hace dos años propuso la creación de la obra, “pretendemos promover una lectura complementaria de la escultura, que ayude a formar y tomar conciencia de la realidad que expresa artísticamente”.
Oración por todos los migrantes
Precisamente hoy, durante la Audiencia General, el Papa Francisco centró su catequesis en la figura de San José, presentándolo como un “migrante perseguido y valiente”. De ahí la invitación a los fieles a rezar “por todos los migrantes, todos los perseguidos y todos los que son víctimas de circunstancias adversas: ya sean políticas, históricas o personales”.
Pero, pensemos en tantas personas, víctimas de las guerras, que quieren huir de su patria y no pueden; pensemos en los migrantes que inician ese camino para ser libres y muchos acaban en la calle o en el mar; pensemos en Jesús en brazos de José y María, huyendo, y veamos en él a cada uno de los emigrantes de hoy. La migración actual es una realidad a la que no podemos cerrar los ojos. Es un escándalo social para la humanidad”.
A continuación, el Pontífice invocó a San José con estas palabras: “Tú que has experimentado el sufrimiento de los que deben huir, tú que te has visto obligado a huir para salvar la vida de tus seres más queridos, protege a todos los que huyen a causa de la guerra, el odio y el hambre. Apóyalos en sus dificultades, fortalécelos en su esperanza y haz que encuentren acogida y solidaridad. Guía sus pasos y abre los corazones de quienes pueden ayudarlos”