Gentle Giant, la banda de la que te contaré hoy tuvo un periodo activo de 10 años. Estuvieron en el momento y en lugar indicados: la década en la que el Rock Progresivo brilló. Su estilo sofisticado y sumamente complejo les dio un merecido lugar entre los mejores exponentes del género, y aprovechando que su segundo álbum, Acquiring the Taste, ha cumplido sus primeros 50 años, es un gran momento para conocer su historia.
Como muchas otras bandas de Rock Progresivo inglesas, los miembros de Gentle Giant tuvieron que transitar primero por la música psicodélica de los 60. El núcleo de la agrupación lo conformaron tres hermanos: Phil Shulman, Derek Shulman y Ray Shulman; su padre, un trompetista de jazz, los guió por el camino musical. El resultado fue que todos se hicieron multinstrumentistas.
Luego de cambiar de nombre varias veces, los hermanos Shulman y tres músicos más eligieron llamarse Simon Dupree and the Big Sound interpretando R&B y Rock Psicodélico en Portsmouth. Lanzaron sólo un disco, Without Reservations (1967) bajo el sello de Parlophone Records que no figuró en ninguna lista de popularidad.
De manera sumamente curiosa, el grupo tuvo la oportunidad de colaborar con un tecladista llamado Reginald Dwight, ¿te suena el nombre? La anécdota es que este artista estuvo a punto de formar parte de la banda pero los Shulman rechazaron la propuesta de grabar sus temas e incluso se burlaron de él cuando les dijo que pensaba tomar el nombre de Elton John.
La formación de Gentle Giant se dio cuando los hermanos se hartaron tanto de los músicos con quienes colaboraban como con la escena de la música popular. Lo primero que hicieron fue juntarse tres artistas diferentes, dos de los cuales (Gary Green y Kerry Minnear) también eran multinstrumentistas, el tercero, Martin Smith, baterista, ya había colaborado con ellos.
Su primer disco fue homónimo y se estrenó en 1970 bajo el sello de Vertigo (que ese mismo año publicó otro debut interesante: Black Sabbath). Gentle Giant definió un sonido propio desde el comienzo, su combinación de armonías medievales, guitarras que alternan riffs de pesados y sumamente delicados, sintetizadores y composiciones complejas. Los cambios de tempo, la incorporación del sonido del saxofón y las trompetas, en resumen: muchos de los elementos característicos del Rock Progresivo.
Gentle Giant llegó al mercado en un año fundamental para el Rock Progresivo, 1970 significó discos clásicos del género como The Least We Can Do Is Wave to Each Other de Van der Graaf Generator, In The Wake of Poseidon de King Crimson, Atom Heart Mother de Pink Floyd, Third de Soft Machine, así como los debuts de Emerson, Lake & Palmer, Magma y Supertramp.
Después de un poderoso debut, los hermanos Shulman decidieron volver al estudio para comenzar a trabajar en el siguiente proyecto de Gentle Giant. Uno que, con los años, ha sido como más “accesible” que su primer disco. ¿El nombre? Acquiring the Taste.
Entre clásico y rockero: Acquiring the Taste
Las grabaciones del segundo disco de Gentle Giant se llevaron a cabo en dos lugares: Adivision Studios y A.I.R Studios, ambos ubicados en la ciudad de Londres. A diferencia de su primer álbum, que se grabó durante sólo un mes, Acquiring the taste tomó cuatro meses (de enero a abril).
El álbum fue producido por Tony Visconti aunque todos los arreglos corrieron por la cuenta de los hermanos Shulman. Hablando sobre el proceso de grabación Derek Shulman comentó en entrevista con la revista ZigZag: “Grabamos nuestro siguiente álbum, Acquiring the taste, sin tener la menor idea de cómo resultaría antes de entrar al estudio. Fue un álbum muy experimental, y seguíamos sin tener una dirección clara. Resultó ser sorprendentemente bueno pero fue, sin duda, nuestro disco más extraño”.
Los seis músicos tuvieron la oportunidad de disponer de cuanto instrumento les pasara por la cabeza, adicionalmente se integraron dos artistas invitados: Paul Cosh que tocó la trompeta y Chris Thomas, un programador de Moog. Para que te des una idea, se utilizaron más de 30 instrumentos diferentes, con cada integrante tocando al menos tres.
Acquiring the taste se lanzó el 16 de julio de 1971 bajo el sello de Vertigo. Como podrás imaginar no logró posicionarse en ninguna lista de popularidad. Junto con el álbum se incluyó un panfleto en donde se lee el siguiente manifiesto:
“Nuestra meta es expandir las fronteras de la música popular contemporanea con el riesgo de ser sumamente inpopulares. Grabamos cada composición con un pensamiento – que debería ser única, arriesgada y fascinante. Se ha llevado cada jirón de nuestro conocimiento musical y técnico para lograrlo. Bajo este principio abandonamos todas los pensamientos preconcebidos de comercialismo descarado. En su lugar esperamos entregarte algo más sustancial y satisfactorio. Todo lo que tienes que hacer es sentarte y adquirir el gusto”.
Escuchando Acquiring the Taste
La portada de Acquiring the Taste es controversial y ha sido colocada en varias listas de “las peores portadas…”: muestra una lengua gigante salivando justo en lo que parece ser un trasero pero resulta ser un durazno una vez que se abre el disco. Sonoramente el álbum es mucho más interesante.
El disco incluye ocho temas divididos en cuatro por lado. Si bien algunas de las piezas son más extensas que el promedio aceptado por las estaciones de radio en general sigue el estilo de Gentle Giant se diferencia de otras bandas de Rock Progresivo y sus extensísimas piezas.
“Pantagruel’s Nativity”, hace alusión al gigante del mismo nombre creado por el escritor renacentista francés François Rabelais. La canción incluye la voz casi angelical de Kerry Minnear e inicia con el inconfundible sonido de un Moog al que se le añaden flauta, guitarra acústica y bajo. La pieza que abre el disco es un estupendo ejemplo de los drásticos cambios dentro de una misma canción que pasa de lo suave a lo intenso en segundos y que presenta un basto colorido de instrumentos (trompetas, vibráfono, melotrón, entre otros) en medio para cerrar con una poderosa guitarra.
“Edge of Twilight” crea una atmósfera nocturna y con neblina en donde las voces de Minnear y Derek Shulman se perciben fantasmales. Luego de escuchar un cello y un clarinete durante la primera mitad, comenzamos a escuchar un diálogo de percusiones que a mí me encanta: una tarola, unos timbales y un xilófono en lo que parecería la banda sonora de un ritual pagano.
“The House, The Street, The Room” y “Acquiring the Taste” cierran el lado A. La primera es una de las canciones más rockeras del disco y presenta un extenso solo de guitarra de Gary Green que demuestra sus raíces bluseras con maestría. Igual de interesante es la sección que le antecede en donde, como si saltara, se escucha la familia de los teclados (clavicordio, celesta, órgano Hammond, piano) junto con metales de viento.
Mi canción favorita de Acquiring the Taste es “Wreck” que empieza narrando cómo el espíritu de un barco asciende al cielo después de un feroz accidente marítimo. La canción, que coquetea con el cantar de una saloma, presenta emocionantes riffs de guitarra que conviven con las cuerdas del violín y las teclas de un clavicordio. Interesante también es la sección cerca del final que se siente puramente renacentista.
Igualmente cautivante es “The Moon is Down”, una balada onírica en donde una vez la maestría de Gentle Giant se hace presente a la hora de interpretar los teclados, en particular cuando cerca del final apreciamos cómo un saxofon nos lleva hacia un burbujeo de cuerdas y teclados antes de terminar la pieza.
El disco cierra con dos temas: la nocturna “Black Cat” en donde el bajo nos lleva por lo que parecen ser calles desoladas, el violín se contornea con su pizzicato y la guitarra eléctrica parece maullar por momentos. “Plain Truth” no es tan compleja como otros temas de Acquiring the Taste y podría escucharse como un jam en donde el violín regresa para dar un toque Folk que podría relacionarse con lo hecho por Jehtro Tull.
Un gusto adquirido
Acquiring the Taste hace perfecta alusión a su nombre y no es fácil de digerir a la primera, por el contrario, requiere de varias escuchas para poder disfrutarlo plenamente. El segundo disco de Gentle Giant se siente maduro y dispuesto a explorar como pocos las texturas de cada instrumento que lo compone convirtiéndolo en un imperdible del Rock Progresivo.
Las guitarras pesadas y los cantos gregorianos pueden fusionarse y sonar bien. El disco que ha cumplido 50 años es dinámico y complejo, provisto de instrumentaciones maravillosas y arreglos que generan atmósferas fantásticas y sorprendentes. ¿Le darás una oportunidad?
